El ‘Murciélago del mar’ defiende título
El zarauztarra Aitor Francesena está en California para disputar el Campeonato del Mundo de surf adaptado para invidentes, prueba que ganó en 2016
Bilbao - Dice que es “el murciélago del mar”. Que es capaz de sentir el océano. Dice que es un privilegiado porque puede practicar surf de noche sin problemas. Que percibe con nitidez la vibración de las olas. Porque no puede verlas. Aitor Francesena (Zarautz, 1970), más conocido en el agua como Gallo, nació con un glaucoma congénito, una enfermedad que le llevó a perder la visión del ojo derecho cuando apenas era un adolescente. Así que siempre vivió rápido. Se empeñó en ver cuanto antes todo lo bonito de la vida. Se afanó por practicar todo aquello que en un futuro no podría. Y así conoció el surf. Se enamoró de este deporte y lo dio todo por él, incluso su ojo izquierdo, cuya funcionalidad le fue arrebatada por una ola que le golpeó de lleno. Gallo se quedó completamente ciego, pero volvió a unirse la tabla al tobillo y regresó al mar. Se mojó como el que más, perseveró, cabezón como él solo, y la recompensa le llegó el año pasado, cuando se proclamó campeón del mundo de surf adaptado para invidentes.
Ahora, con 45 primaveras, el zarauztarra regresar al torneo que le dio la gloria para defender el título. Ya está en California, donde hasta el próximo domingo intentará demostrar que vuelve a ser el mejor de los surfistas con discapacidad visual. “Haré todo lo posible por volver a llevarme a casa la victoria, pero no será fácil”, reconoce Gallo. Y es que la pasada temporada el vasco era un desconocido para sus rivales, un libro todavía por leer. Pero ahora sus oponentes ya conocen hasta la última página, lo que le complica mucho sus opciones: “Ahora todos saben cómo surfeo y se prepararán para el campeonato. No sé a qué nivel llegarán, pero yo me siento muy bien física y técnicamente. He entrenado bien y estoy con ganas”. Se prevén olas ordenadas, pero pequeñas, algo que al zarauztarra no le motiva especialmente: “La ola pequeña no es mi favorita, pero he adaptado mis entrenamientos a ella y espero hacer un buen trabajo”.
Sin embargo, mientras espera a que la serie perfecta llegue a la costa californiana de La Jolla (San Diego), Gallo admite que ganar el campeonato no es su único objetivo. Disfrutar va primero: “Las cosas que tienen lugar en este torneo no son habituales, no ocurren todos los días. Esto es otro mundo, estar con el resto de participantes es maravilloso y ojalá todos pudieran venir para presenciar lo motivados y contentos que estamos todos”.
La técnica En el campeonato mundial de surf para invidentes los surfistas se enfrentan solos al mar. Ellos y su tabla. Sin embargo, Gallo explica que, cuando perdió completamente la visión, comenzó a entrar al agua acompañado: “Iba con un guía que me indicaba cómo posicionarme y cómo era la ola, pero con el tiempo aprendí a desenvolverme por mí mismo”. Y es que, ahora, el zarauztarra tiene su propio ritual: “Siento la serie, dejo pasar la primera ola y espero a la siguiente. Cuando noto que me empuja, remo y me levanto. Es cuestión de agudizar el resto de sentidos, en especial el oído. Así también puedo surfear de noche, como si fuera un murciélago del mar”.