Bilbao - Más de veinte obstáculos repartidos en un recorrido aproximado de trece kilómetros por las pendientes de Artxanda. Ese fue el reto al que se tuvieron que enfrentar los más de 4.000 espartanos que se dieron cita ayer en la segunda edición de la Reebok Spartan Race de Bilbao. El sofocante calor de los últimos días dio una pequeña tregua a los participantes, aunque el alto grado de humedad y el continuo sirimiri complicaron en gran medida la prueba. El primero en sobreponerse a todos los desafíos fue el catalán Albert Soley, que subió al escalón más alto del podio gracias a un tiempo de 1.28.55. El atleta de Granollers, líder del ranking europeo, sigue sin dar un respiro al resto de participantes y esta vez aventajó en casi cinco minutos al segundo clasificado. “Llevo trece de trece”, decía el vencedor, una apisonadora para sus rivales. Por el lado femenino la disputa por el primer puesto estuvo más dividida y fueron tan solo 23 segundos los que marcaron la diferencia. Sofía Bernabéu consiguió finalmente sobreponerse a la brasileña Simone Matos con un tiempo de 2.07.19.
La jornada comenzó con una seriedad que con el paso de las tandas se fue diluyendo. A las 9.00 horas se reunieron en la línea de salida los 250 atletas que lucharían por la gloria en la categoría Elite. Nada más acabar la cuenta atrás los deportistas salieron disparados con el fin de completar un recorrido desconocido para ellos y que aguardaría sorpresas. Aproximadamente una hora y media más tarde, los más rápidos comenzaron a llegar al salto de fuego, último obstáculo antes de cruzar la línea de meta. El primero en hacerlo fue el catalán Albert Soley que reconoció nada más acabar que se vio sorprendido por la dureza de la prueba. “Pensaba que aquí en Bilbao no sería una carrera tan dura pero me ha sorprendido. Subidas muy duras y además el tiempo lo ha complicado todo. Los obstáculos se me han hecho muy difíciles porque resbalaba y era muy fácil caerte”, reconoció el líder del ranking europeo. A pesar de la complejidad añadida por la lluvia, el de Granollers se mostró positivo: “Bilbao es así y es la gracia de correr aquí. Las pruebas con lluvia me gustan mucho y es importante disfrutar y aprender de ellas”.
Sofía Bernabéu llegó a la meta exultante y apenas sin aire. La atleta, acostumbrada al clima soleado de Gandía, admitió que la prueba de ayer fue en la que más ha sufrido. “El paisaje es muy bonito pero el tiempo no ha acompañado nada. Yo estoy acostumbrada al solet, pero bueno, nos ha tocado competir en estas circunstancias para sacar lo mejor de nosotras mismas”.
Para ambos competidores el reto más complicado resultó ser las llamadas monkey bars. El obstáculo, compuesto por una serie de anillas y barras por las que los participantes debían avanzar, se complicó en gran medida dadas las condiciones climatológicas. “Te agarras pero ves que resbala y piensas que te vas a caer. Cuando está seco se pueden hacer bien pero la lluvia lo complica mucho”, subrayó Soley. La ganadora valenciana destacó también la dificultad de ese mismo obstáculo: “El mayor reto quizás haya sido la cuerda o las monkey bars por la lluvia. Pero las cargas pesadas, como la cadena, han sido mortales, porque tenías que subir cuestas pronunciadas”. A pesar de la dureza del desafío los dos corredores acabaron muy satisfechos con el despliegue realizado y el resultado obtenido.
Una vez acabada la tanda Élite iniciaron su andadura en esta Spartan Race los participantes que buscaban pasarlo bien en las categorías Competitive y Open. En estas tandas la tensión no era la misma y las ganas de reír y de disfrutar de una jornada de deporte se percibían en el ambiente. Fue el caso de Gorka Benito, que acompañado de 17 compañeros de gimnasio de Galdakao disfrutaron de la jornada. “El objetivo es que el grupo acabe la carrera, mantener motivada a la gente y luego irnos de cena y pasarlo bien. Además, el ambiente en la carrera es muy bueno y aunque no conozcas a la gente, ayudas y te ayudan.”, comentó Gorka. Los participantes estuvieron apoyados por un público compuesto en su mayoría por amigos y familiares. Un ejemplo de ello fue Patxi Errazti, que se desplazó desde Gipuzkoa para animar a su hijo y a sus nietas, de 8 y 10 años. “Esto es diversión, me da envidia. El ambiente me parece muy bueno y el tiempo también. Si no te embarras no es la Spartan”, sentenció.