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Sin táctica no hay paraíso

Hamilton, con una lección magistral de estrategia, firma su quinta victoria del año y amplía a 17 puntos su renta sobre Rosberg en el mundial en el marco del sexto ‘doblete’ de Mercedes

Sin táctica no hay paraísoAFP

bilbao - El guión establecido esta temporada como rutina, para bien de Mercedes, se adulteró. La impresionante salida de los Williams, que se colocaron en cabeza y mandaron durante prácticamente un tercio de las 52 vueltas programadas para el Gran Premio de Gran Bretaña, la entrada en pista de dos coches de seguridad y dos ciclos de lluvia en una carrera iniciada sobre asfalto seco fueron ingredientes suculentos para engendrar una de las pruebas más emocionantes de los últimos tiempos. Si bien, como está siendo costumbre, se impuso el ritmo de los monoplazas más rápidos actualmente y unas estrategias de equipo excelentes. Gracias a ello, y sus manos, por supuesto, Lewis Hamilton se adjudicó su quinta victoria de la temporada, amplió 7 puntos -se va hasta los 17- la diferencia sobre su compañero y máximo rival, Nico Rosberg, en la lucha por el título mundial y Mercedes rubricó su sexto doblete del año. Como desenlace, más de lo mismo en la novena estación del tren mundialista, a pesar de las caprichosas variantes en el guión, un buen guión, como hollywoodiense. Lo cual es de agradecer en los tiempos que corren en la Fórmula 1: la incertidumbre.

La salida fue impactante. Los Williams de Massa y Bottas, en este orden, se aupaban en los metros inaugurales hasta la cabeza, sorprendiendo a los Mercedes de Hamilton y Rosberg -y globalmente, a todo el público-, que partían primero y segundo, respectivamente. Como las balas. Fulgurantes los bólidos británicos. “Mi embrague funcionaba bien, nos quedamos sin agarre en el principio, lo que creo que también le ha pasado a Nico”, comentaría Hamilton, minimizando las maniobras porque pondría remedio más adelante. Como diciendo que la excelencia aconteciendo cada domingo es una quimera que, inalcanzable, no obstante se puede soportar; es permisible alguna flaqueza.

Entretanto, afrontando el primer ángulo, los Lotus montaron una escabechina. Contactaron ambos coches, Grosjean y Maldonado, e involucraron en la refriega a Button; Alonso, que trató de esquivar el accidente múltiple, derrapando impactó contra otro bólido, lo que bien le hubiera podido privar de su primer punto de la temporada. Comenzó a engordar una lista de bajas que se iría hasta una nómina de siete coches. Los Lotus y Button, al taller de chapa y pintura a las primeras de cambio. Esto obligó a la primera entrada del safety car, lo que aprovechó Alonso para pasar por su garaje y remendar su McLaren. En este sentido también tuvo fortuna el asturiano, que volvía a la cola de la carrera, pero sin tiempo extra perdido respecto a la montonera.

En el tercer giro se relanzó la carrera y Hamilton, que había ganado la segunda plaza previamente a Bottas, obsesivo, impaciente, se lanzó a por la primera de Massa nada más apartarse el coche de seguridad. Pero se coló y volvió a ceder en favor de Bottas. Precisamente el finlandés trató de comprometer el liderato de Massa en la vuelta 10. Un acecho que frenaron primero desde el box de Williams, pero al que más tarde dieron el beneplácito, cuando se consideró que Massa frenaba a Bottas y esto acercaba a los Mercedes, una amenaza. Eso sí, se exigía que fuera una faena limpia. Rodaban los cuatro coches destacados como un tren chu-chu, como con enganches de diferencias mínimas.

Uno de los momentos decisivos para el que fue el resultado definitivo llegó en el abrazo 19 a Silverstone. Hamilton visitó el primero de los cuatro su garaje para cambiar de neumáticos y, con magnífico ritmo en la siguiente vuelta, en la que Massa y Rosberg hicieron sus pit stops, tomó el mando de la carrera; la maniobra, el undercut, parecía concluyente. Pero no lo fue; jugarían más factores de riesgo. De hecho, poco después se anunciaba la previsión de lluvia. Nada quedaba descartado.

Vuelta 33. Se detiene el coche de Sainz, que viajaba noveno. Poco antes, Ricciardo abandonaba. Más bajas. La del madrileño, que no es respetado por la buena suerte, propició la segunda aparición del safety car, este virtual. Nada más ondear la bandera verde, apareció la lluvia. Giro 38 entonces. Todos inquietos.

Alonso, que era 1,2 segundos más lento por vuelta que el resto de coches, vio ante sí la posibilidad de pescar en río revuelto. Pasó por el garaje y montó calzos intermedios. La lluvia, sin embargo, desapareció pronto. No le salió bien el movimiento, como a Raikkonen, otro que lanzó apuesta, aunque respetable, pues poco había que perder. En ese marco húmedo Rosberg se creció y rebasó primero a Bottas y seguido, a Massa. Mercedes se colocaba en situación de un nuevo doblete, no sin sustos para sus dos pilotos, que bailaban sobre mojado, patinaban.

“La mejor elección de mi vida” Escupieron por segunda vez las nubes. En ese momento, Hamilton perdía más de un segundo por vuelta y rodaba ya con la renta de 1,7 sobre Rosberg, cuando, en el abrazo 43, de nuevo fue el primero en tomar la iniciativa de acudir al box. En una decisión de supuesto riesgo, que quizás simplemente -aunque nada desdeñable- se trató de mayor capacidad de previsión por parte de su escudería, vistió gomas intermedias. Un golpe de efecto, ciertamente. Crucial. Estrategia que duplicó Vettel; Rosberg, Massa y Bottas permanecieron un giro más en pista, lo que condenó las opciones de victoria de todos ellos. En el caso de Vettel, la temprana reacción le consolidó en la tercera posición, habiendo salido sexto y rodado incluso noveno. Visionarios, obtuvieron fantástica recompensa en un escenario de condicionantes ajenos, donde la lectura de la carrera y las decisiones cobran trascendencia por encima incluso de las manos o la mecánica. “Fue la mejor elección de ingreso a pits que hice en mi vida”, subrayó, orgulloso, flamante, Hamilton.

La táctica fue determinante, como en un tablero de ajedrez, sin desmerecer el ritmo de Hamilton y los Mercedes en general. El inglés, a apenas 70 kilómetros de su Stevenage natal, cantó victoria en su 18º gran premio consecutivo con al menos una vuelta en cabeza, lo que implica un nuevo récord en la Fórmula 1; hasta la fecha, la marca era de Jackie Stewart (EE.UU. 1968-Bélgica 1970), con 17. “¡Mi madre está justo ahí abajo!”, expresó Hamilton, a lo que añadió: “Estoy muy contento, casi lloré en la última vuelta”. El inglés aglutina ya la friolera de 38 conquistas en la Fórmula 1. Se queda a dos del cuarto con mayor cantidad de todos los tiempos, Vettel.

Alonso, por su parte, desde la 17ª pintura, fue décimo. Firmó su primer punto del año.

1. Lewis Hamilton (Mercedes) 1:31:27,729

2. Nico Rosberg (Mercedes) a 10,956

3. Sebastian Vettel (Ferrari) a 25,443

4. Felipe Massa (Williams) a 36,839

5. Valtteri Bottas (Williams) a 63,194

6. Daniil Kvyat (Red Bull) a 63,955

7. Nico Hulkenberg (F. India) a 78,744

8. Kimi Raikkonen (Ferrari) a 1 vuelta

9. Sergio Pérez (Force India) a 1 vuelta

10. Fernando Alonso (McLaren) a 1 vuelta

11. Marcus Ericsson (Sauber) a 1 vuelta

12. Roberto Merhi (Manor) a 3 vueltas

13. Will Stevens (Manor) a 3 vueltas

1. L. Hamilton (Mercedes) 194 puntos

2. Nico Rosberg (Mercedes) 177

3. Sebastian Vettel (Ferrari) 135

4. Valtteri Bottas (Williams) 77

5. Kimi Raikkonen (Ferrari) 76

1. Mercedes 371 puntos

2. Ferrari 211

3. Williams 151

4. Red Bull 63

5. Force India 39