bilbao. Edna Ngeringwony Kiplagat se alzó ayer con la primera medalla de oro en los Mundiales de Moscú y se convirtió, con un tiempo de 2h25:44, en la primera mujer de la historia en revalidar su título mundial de maratón. Segunda fue la italiana Valeria Straneo, de 37 años, que tiró de la carrera desde el primer kilómetro y fue dejando atrás a sus perseguidoras hasta quedarse sola con la atleta keniana, quien finalmente cruzó la meta 14 segundos por delante. La japonesa Kayoko Fukushi completó el podio invirtiendo 2h27:45, al tiempo que su compatriota Ryoko Kizaki clasificaba cuarta, y la gallega Alessandra Aguilar quinta, logrando la mejor posición histórica para una española en la modalidad.

La prueba final del maratón femenino dió el pistoletazo de salida con una temperatura de 28 grados y una humedad del 51%, y las 72 atletas participantes tomaron la salida en el estado Luzhniki moscovita. Tras recorrer los primeros 600 metros en el tartán azul ante los aficionados, el concurrido grupo enfiló el circuito que discurría junto al río Moscova hasta la Plaza Roja y regreso, al que dieron cuatro vueltas en total. La agobiante sensación de calor no arredró a Straneo, italiana nacida en Alejandría que con 37 años venía de proclamarse campeona mediterránea de medio maratón en Mersin (Turquía), y al poco de comenzar se aupó hasta la primera posición, donde permaneció gran parte de la prueba. El grupo cubrió los primeros cinco kilómetros en poco más de 17 minutos dejando poco a poco atrás a la mayoría de atletas, al tiempo que al paso por el décimo kilómetro la cabeza se había visto reducida a tan solo siete opositoras al oro mundial. Junto a Straneo, las etíopes Meselech Melkamu y Feyse Tadese, las kenianas Lucy Kabuu y Valentine Kpketer, la china Chaofeng Jia y la japonesa Fukushi conformaban el grupo en el que no había rastro de Kiplagat, aparentemente descolgada en un segundo grupo más multitudinario, a 13 segundos del primero.

Poco antes de cumplir la primera hora del maratón la corredora keniana, defensora del título, se reintegró al grupo delantero del que seguía tirando constantemente Straneo, quien no recibiría ningún relevo en la cabeza de la prueba hasta escasos dos kilómetros de la meta, situada en el estadio Luzhniki, instante en el que Edna Kiplagat la adelantó para no volver a abandonar la primera plaza. La transalpina, exhausta, no hizo siquiera amago alguno de seguirla y se centró en mirar atrás para ver si peligraba su meritorio segundo puesto, con el que se mostró pletórica al término de la prueba. Kiplagat, por su parte, sumó a sus 33 años un hito histórico en el deporte femenino con su defensa del título y demostró que hoy por hoy sigue siendo la rival a batir.