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Papanikolau, Spanoulis e Ivkovic, nombres de la final

el joven alero mereció el mvp que recayó en la estrella y el técnico volvió a coronarse a sus 68 años

bilbao. Los tres fueron responsables de transformar una final prescindible, directamente horrible, en una inolvidable que pasará a la historia. Kostas Papanikolau, una de las perlas de la generación griega de 1990 campeona de Europa U20 y subcampeona del mundo U19, sostuvo al equipo en sus espaldas con 18 puntos y un solo error en un tiro libre. El zurdo alero dejó claro que el futuro es suyo, que Grecia tiene en él a un jugador a la altura de los más grandes.

En este grupo hay que incluir a Vasilis Spanoulis que se llevó el MVP de la final que merecía su compañero, aunque el base de Larissa también supo conducir a su equipo en la semifinal. Spanoulis es el único jugador que ha ganado la Euroliga con el Panathinaikos y el Olympiacos, los dos enemigos irreconciliables del baloncesto heleno. Pero supo encajar en los dos por su carácter afable y poco egoísta. Siendo el jugador que más cobra en una plantilla que redujo gastos de forma importante, asume la responsabilidad que le corresponde, pero también sabe compartir el protagonismo con sus compañeros, como demostró ayer.

Y qué decir de Dusan Ivkovic, que desde ya está en los alteres de los seguidores del Olympiacos ya que es el que ha conducido los títulos de Euroliga del club con quince años de diferencia. Spanoulis ha sido en 2012 lo que David Rivers fue en 1997: cerebro y ejecutor. El serbio se convirtió ayer en el entrenador más veterano en alzar el máximo trofeo continental. A sus 68 años sigue manteniéndose lúcido, ambicioso y trabajador para mejorar poco a poco un equipo por el que al inicio de la Euroliga nadie daba un euro.

Ivkovic, que dirigió al CSKA Moscú entre 2002 y 2005 y lo devolvió a lo más alto, dio una lección de dirección en la final y, mucho antes, otra de fe y confianza en sus jugadores a los que convenció de lo imposible, de que podían ganar al Barcelona y al CSKA. Y eso vale más que muchos dibujos en la pizarra.