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Título al punto

Vettel, campeón si es décimo o si Button no gana en Suzuka

Título al punto

bilbao. Quién le hubiera augurado a Jenson Button un presente y un porvenir que, dice, le llega regalado desde su título de 2009 con BrawnGP, año en que tras la extinción de Honda, a punto estuvo de quedar sin volante. Y, claro, sin corona ni sin formar parte de la Orden del Imperio Británico.

Objeto de deseo de Ferrari como prolongación de Alonso, el de Frome ha ligado su futuro con McLaren "por varios años", dice la escudería sin concretar. Tipo agradecido, Button es protagonista en Japón, no solo por condición -es el único con opciones de aplazar el título-. También por un resultado, el mejor de la jornada inaugural en Suzuka, que es paradigma del amor, el de hacia uno mismo. Morir con las botas puestas, al menos. Eso es nobleza. O, quizá, un elevado grado de masoquismo. Por su disposición a prolongar una agonía que nadie podía augurar en semejante magnitud, pero que comenzó allá por finales de marzo, en Australia. Cuando Red Bull, y en concreto Vettel, comenzó a azotar. Cuando el Campeonato amanecía, aún con legañas.

Desde entonces, el alemán ha firmado 9 victorias en 14 carreras. Vive en el balcón que da a la gloria, sus vistas. En la avenida del campeón. Está un punto del título. Un portal más allá de ser bicampeón mundial. Lo cual si no es ridículo por sí solo, viendo que resta más de un cuarto de campaña, añadir que Vettel, quien con ser décimo mañana le bastaría, -de no ser así, Button estaría obligado a ganar para dar supervivencia a sus opciones matemáticas-, cuenta un cuarto puesto en Alemania como peor resultado de la temporada. Para más inri, el germano no califica peor desde Corea'10, cuando sufrió un abandono. Y las poles, insultantemente, son cosa de Red Bull con un pleno en su haber. Japón se antoja como la crónica de una muerte anunciada. Previsiblemente, aquí se decidirá todo, como sucediera en otras 11 ocasiones -10 en Suzuka y 1 en Fuji-. Solo el italiano Monza ha cobijado más desenlaces del Mundial, con 12.

Vettel, nato ganador, pone lumbre a la locomotora: "Aún hay mucho que hacer y debemos poner manos a la obra. Todo marcha bien, pero no hay garantías y por ello tenemos que utilizar todas nuestras posibilidades". Sanguinario el chico. La Fórmula 1 es volátil y estirar su imperio trata. Sin ir más lejos, desplazaría a Alonso como piloto más joven en ser bicampeón. Pero su salida de pista ayer, cuando terminó tercero, le puso en alerta. La desgracia ajena es lo único a lo que puede agarrarse Button, que gratamente reviviría los duelos Prost-Senna o los Piquet-Mansell. Podría emular al queridísimo Senna, que ganó sus tres cetros en Japón. Pero él no ha cosechado un odio que no encontraría marco automovilístico en la actualidad, que no tendría sentido sin haber sido rival hasta ahora.

Button sabe que su lucha no es la de cabeza. Solo en McLaren, donde llegó para escudero y resulta caballero. Y también la de ser segundo en el Mundial. El de Frome, lejos de los 309 puntos de Vettel, posee 185, uno más que Alonso, segundo este ayer, y dos más que Webber. A menor cota respira Hamilton con 168. La batalla de los humanos. Aunque los únicos capaces de poner en apuros a un Vettel que parece tocado por el más allá.