Juanito Oiarzabal se calentó el miércoles y arremetió contra Edurne Pasaban. Lo hizo con expresiones duras: "¿De qué cojones has salvado tú tres vidas? Si lo único que hacías era tocarte las pelotas en el campo base". El alavés se "encendió" y atacó a la tolosarra, que una semana antes le había ayudado a escasos metros del campo base del Lhotse cuando él llegaba "arrastrándose" y "no podía más, no podía ni menear un dedo". Ayer fue Carlos Soria, que también hizo cima en el Lhotse la pasada semana, el que habló y corroboró la versión de Oiarzabal sobre lo sucedido. "Me parece injusto que saquen imágenes como si fuera el rescate del siglo. Siempre que Edurne Pasaban se acerca a los heridos lo hace con su grupo de fotógrafos. No hay rescate a Juanito. Juanito se ha salvado la vida él solo", manifestó el alpinista de 72 años. Además, Soria recalcó que la guipuzcoana "no ha salvado la vida a nadie". "Juanito ha bajado andando hasta el último momento. Sus sherpas y ella se acercaron allí a buscarle, le metieron en una camilla y le llevaron pero durante veinte minutos nada más", explicó a La Sexta.
La polémica sigue bien caliente y hoy será la propia Pasaban la que hable ante los medios de comunicación a su llegada a Madrid.
De todos modos, no es la primera vez que a Juanito, con 25 ochomiles ni más ni menos a sus espaldas, se le calienta la boca. Son conocidos sus rifirrafes cuando participa en programas televisivos, pero en su faceta de montañero también ha destapado la polémica con sus declaraciones explosivas. Sin ir más lejos, hace algo más de un año en el Annapurna en un contexto similar al actual.
A finales de abril de 2010, Tolo Calafat fallecía en el Annapurna, una de las cimas más cruentas del planeta después de haber pasado tres noches a la intemperie a 7.500 metros al no poder seguir bajando por un agotamiento extremo. Oiarzabal y Carlos Pauner eran sus compañeros de expedición y también sufrieron graves problemas, pero consiguieron llegar al campo 4. De hecho, fueron evacuados en helicóptero a unos 7.000 metros en un rescate sin precedentes. Resulta que mientras Tolo era incapaz de moverse y se iba muriendo poco a poco, nadie podía acudir en su ayuda y Juanito entendía que los sherpas de Miss Oh, que se encontraba en el campo 3 tras haberse convertido en la primera mujer en completar los catorce ochomiles, por aquel entonces lo era, podían acudir a socorrer a Tolo. Como los sherpas no fueron, el gasteiztarra estalló echándole la culpa a la asiática. "Ella pasaba de todo. Se ha perdido totalmente la solidaridad en el alpinismo. Y más en el caso de los coreanos. Algo más se podía haber hecho. Con cinco millones de euros de presupuesto, no ha puesto un puto metro de cuerda". El alavés llegó a asegurar que "si cojo a la coreana le arranco la cabeza". Aunque después, quiso suavizar sus palabras: "Se me ha interpretado de otra forma porque tengo fama de bocazas. Quizás no me sé expresar. Pero mi intención es respetuosa con los sherpas y Miss Oh". De todos modos, el alavés tenía claro que "la polémica me la estoy comiendo yo. No sé si por el nombre".
Aquellas declaraciones de Juanito acarrearon un malestar en un mundo muy poco acostumbrado a polémicas. El montañismo nunca había caído en descalificaciones públicas y acusaciones de tal calado. Era un deporte en el que los valores fundamentales sobresalían sobre cualquier otro factor. Eran la solidaridad y el esfuerzo los que hablaban y no los alpinistas despotricando. Pero entonces, el limpio Himalaya ya estaba enrarecido por la pelea femenina de los catorce ochomiles que protagonizaron Pasaban y Miss Oh, pues en la montaña tampoco había existido la competición. Era solo pasión. Todo se enturbió con aquella carrera. Y todo se oscureció aún más cuando Edurne denunció que la coreana no subió al Kanchenjunga y que "no está mintiendo a todos".
Ahora, las más altas cumbres vuelven a estar nubladas. Los cruces de declaraciones empañan de nuevo el universo del Himalaya.