Contador, inocente pero culpable
Aunque le cree víctima de una intoxicación y no aprecia dopaje voluntario ni beneficio, la Federación Española propone un año de sanción para el de Pinto, que perdería su tercer Tour y no correría la Vuelta
alicante. Por la mañana, Alberto Contador, que está estos días en Puigpunyent, en Mallorca, protegido por Bjarne Riis y su nuevo equipo, el Saxo Bank, habla de su motivación, enorme, de su concentración, trabajada, y de la necesidad de abstraerse de la tormenta que le acecha para poder centrarse en su obligación, que es dar pedales, aunque desde el mediodía del martes sabe ya a lo que se expone. La declaración es una conjura ante lo que se le avecina, que por la tarde, mucho tiempo después, se traduce en el primer movimiento efectivo de un caso envarado desde hacía meses cuando se conoce que la Federación Española de Ciclismo (FEC), por fin, ha comunicado al corredor, sin esperar a la opinión de la UCI, su intención de sancionarle un año por el positivo por clembuterol en la última jornada de descanso del pasado Tour de Francia, el tercero que ganó. El Comité de Competición, encargado de estudiar los 600 folios de informes y explicaciones científicas de las partes implicadas, ha tomado una decisión que de momento es solo una propuesta de resolución, pues el ciclista de Pinto tiene diez días para presentar alegaciones. Tras esos diez días, la Federación hará pública, previsiblemente el 9 de febrero, una decisión firme que abrirá un periodo no menos enmarañado que el que ha presidido el caso.
El año de sanción, una medida intermedia a la exculpación completa del ciclista y los dos años estándar que estipula la AMA para los casos positivos por clembuterol, lo impulsa, quizás, la intención de contentar a todos y cerrar un asunto extremadamente delicado por la entidad del protagonista, el mejor ciclista del mundo. En la carta remitida por la FEC al corredor, a cuyo contenido tuvo ayer acceso DEIA, la Federación da por buena la teoría del solomillo de Irún, la que esgrimió Contador y según la cual el clembuterol habría penetrado en su organismo a través de un filete que su amigo (y ex ciclista) José Luis López Cerrón adquirió en una carnicería guipuzcoana el segundo día de descanso del Tour. Es decir, la FEC considera al pinteño víctima de una intoxicación alimentaria. Como tampoco observa negligencia alguna en el consumo de aquel pedazo de carne, avala el carácter involuntario de su dopaje. No solo eso, también hace constar que no obtuvo beneficio físico alguno de aquella insignificante ingesta de clembuterol. Sin embargo, le sanciona porque todo deportista es responsable de lo que introduce en su cuerpo. Finalmente, la Española aplica a su pena una reducción del 50%, posibilidad que recoge el reglamento en aquellos casos de dopaje involuntario.
Contador recurrirá Contador, que desde el principio anunció que no aceptaría ni siquiera un día de sanción porque se considera inocente, tiene diez días de plazo para presentar ante la FEC recurso contra esta propuesta de sanción, aunque todo apunta a que su queja no prosperará y la Española confirmará su castigo. Llegados a ese punto, es casi seguro que Contador recurrirá al TAS (Tribunal de Arbitraje en el Deporte) para defender su inocencia y pedir una reducción de condena o su completa nulidad, pues asumir el año de castigo, quizás lo más inteligente dado el cariz que ha tomado el asunto, significaría asumir su culpabilidad. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que ya había anunciado varias veces desde que se conoció el positivo que recurriría en caso de no contentarle el veredicto, solicitará junto a la UCI un aumento de la sanción hasta los dos años.
La sentencia de un año propuesta por la Federación también se entiende como la mínima posible para una institución obligada a ceñirse a una normativa que contempla el caso de Contador como sancionable, pese a que, cuentan, la defensa del chico de Pinto, sobre todo en el apartado técnico-científico, es ejemplar. En la última fase del proceso, habría aportado al centenar de estudios anteriores hasta 13 nuevos informes que tratarían de demostrar que el clembuterol llegó a su organismo de forma involuntaria, a través de la ingesta del famoso solomillo contaminado comprado por López Cerrón. Los expertos contratados por el madrileño habrían ligado también el caso al del tenista Richard Gasquet, positivo por cocaína el 28 de marzo de 2009, sancionado dos meses y medio por la Federación Internacional de Tenis y absuelto luego por el TAS al considerar la falta de culpa o intencionalidad.
En contra de Contador pesa que no ha sido capaz de demostrar la procedencia del clembuterol, pues la prueba, el solomillo, desapareció, se lo comió. Tampoco habría sido capaz de convencer al Comité de que la pieza pudiese estar contaminada, y tampoco de que uno o dos filetes puedan hacer detectable en un control esa cantidad de clembuterol -0,05 nanogramos, insuficiente, según los expertos, para considerarla una ayuda-. También le es contrario el artículo 2.1 del Código Mundial Antidopaje sobre la responsabilidad objetiva, según el cual el deportista tiene el deber personal de asegurarse de que ninguna sustancia prohibida se introduce en su organismo.
pierde el tour La sanción conlleva también la pérdida del Tour, el tercero, que sería el primero de Andy Schleck, su rival luxemburgués, que ayer mismo reconocía la enorme frustración que le invadió al ver a Contador por encima suyo.
El año de suspensión obligaría prácticamente al madrileño a pasar la temporada en blanco, sin correr ninguna de las tres grandes, ni siquiera la Vuelta, pese a que al conocer la resolución Javier Guillén, director de la carrera, aseguró que se sentiría encantado de recibirle. No podrá ocurrir porque la ronda estatal arranca el 20 de agosto, con una semana de adelanto y tres días antes de expirar la sanción, si se confirma y nadie recurre al TAS, que empieza a contar a partir del 24 de agosto de 2010, día que la UCI notificó el positivo al corredor y este asumió la sanción cautelar. No deberá, en cambio, pagar el 70% de su salario, unos cuatro millones de euros, al que le obligaría la UCI en caso de que la sanción fuese de dos años. Aunque sí pierde cerca de un millón correspondiente al salario de los meses en los que ha estado inhabilitado.