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Mirando al cielo

Efrén Vázquez confecciona una remontada para ser cuarto, su segundo mejor resultado en el Mundial

Mirando al cieloREPORTAJE FOTOGRÁFICO: DERBI TUENTI RACING

bilbao. Efrén Vázquez llegaba a Francia consternado. Muy a la expectativa del desarrollo de la carrera, apartado en el que confiaba plenamente para remendar unos discretos entrenamientos que sembraron dudas de cara a la prueba. Y es que Le Mans, a 200 kilómetros de la algarabía parisina, no es de los circuitos más apropiados para su manera de interpretar la conducción. "Es el más complicado para sus cualidades", sostiene su mánager Herri Torrontegi. Por ende, la idea era concluir la carrera para encauzar una trayectoria que decreció con la caída de Jerez. Además, la duodécima plaza de salida proponía paciencia para no concluir el concurso en tormenta. No obstante, resulta que el de Rekalde es visceral. Lejano a reprimir sus sentimientos. Y su corazón le pedía largar furia a los mandos de la Derbi. Su lectura era fabricar de la carrera gala una oportunidad. Abrir una brecha entre los nubarrones. No dejar escapar la ocasión de adquirir gloria. Aunque fuera para que su recién fallecido tío Pablo se sintiera orgulloso desde las alturas. La carrera iba por él.

Fiel a su esencia, el de Rekalde fue bravo. No dio paso al tiempo y obró con gallardía. En la primera vuelta, 4.180 metros de alfombra asfáltica, ganó cinco posiciones. Un ascensor, alpinismo de motor. Entonces, todo comenzó a ser distinto. En medio de la esperada tormenta francesa se empezaba a vislumbrar la perfección. Aparecía la claridad. Al bilbaino le faltaba una capa roja para con su mono azul ser Superman, pues seguramente ni en el más optimista de sus sueños pensó protagonizar semejante papel. Al menos, tan temprano. Entonces, con 23 giros por delante de los 24 propuestos, Terol, Espargaró, Smith, Márquez, Koyama y Rabat rodaban ante la cúpula de su Derbi. Un abanico de posibilidades se abría para Efrén.

Mientras tanto, Terol empujaba al máximo en cabeza para despegarse del grupo puntero, pero el menor de los Espargaró quería duplicar la gloria alcanzada con el triunfo de Jerez y siempre puso freno al intento de fuga del líder del Mundial, quien mantuvo su lugar al marchar de Francia, pero con dos puntos de diferencia en lugar de los siete con los que llegó a tierras galas.

Mediadas seis vueltas, Efrén continuó su progresión al alza y rebasó a Márquez para intentar dar caza a Smith, que cerraba el pelotón de cuatro escapados. Si bien es cierto que Espargaró y Terol rodaban en otro mundo. Eran muy superiores al resto en Le Mans. Pero aunque el triunfo estuviera lejano, Efrén no cesó en su empeño de homenaje, movido por una rabia contenida, por su capacidad para combatir los reveses personales.

Después de unas vueltas de calma, de rodar un tanto descolgado de los rivales, de recuperar fuerzas para una acometida, Efrén apretó de nuevo los dientes para contactar con Rabat y acto seguido doblegarle. Con trece vueltas en el horizonte, el de Rekalde viajaba cuarto, con Smith delante, en un suspiro, y con un podio en juego para ambos. El piloto bilbaino era más veloz que el de Oxford, presentaba un mayor ritmo, pero el inglés cerraba bien las puertas, lo que propició que un rezagado Márquez se sumara a la fiesta. Se multiplicaba así la competencia por el tercer puesto. Y severa. No en vano, el pupilo de Emilio Alzamora dio pronto cuenta de Vázquez y de Smith para a la postre subirse a dicho tercer escalón del podio. Aunque no sin antes batirse a pecho descubierto intercambiando adelantamientos con Efrén y Smith.

A dos vueltas para cruzar frente al comisario de carrera, Terol y Espargaró pusieron inicio al duelo por la victoria. El primero buscó sorprender imponiendo gas. Sin embargo, un relajado Polyccio templó más la batalla y la cocinó a su gusto. El granollerense se armó de paciencia y aguardó a un error del alcoyano para rebasarle y dirigirse hacia su segundo triunfo del año sin mayores remedios para Terol. Y es que Espargaró ha madurado a pasos de gigante. Promete adornar con su sonrisa multitud de podios.

En cuanto a Efrén, fue en la última vuelta cuando gestó su resultado. Y más concretamente en el último recodo del trazado, cuando lanzó un hachazo de dos ruedas a Smith para conseguir el segundo mejor resultado de su trayectoria en el Mundial. El de Oxford quedó atónito. Pero es que Efrén tenía una obligación, deseaba un buen desenlace para un sentido homenaje. Pues desde allí, arriba, Pablo observaba atento a su sobrino, quien, a buen seguro, podrá regalarle más resultados, porque a partir de ahora no rodará en solitario y sí mirando al cielo.