LA lluvia, el viento y el frío -parece el principio de una historia- ha derramado toda la suciedad en el agua. La ría baja llena de desperdicios. Me da pena que cuando se abrace el Abra al mar no va a estar hermosa y tranquila como otros días. Es la estación, las mareas están enfadadas y las olas murmuran miedos. Es el tiempo del invierno. La melancolía de estas mañanas hace meditar continuamente mientras nos frotamos las manos, miramos el cielo y decimos pensativos, “quizás nieve”.
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