QUIZÁS la mayoría de ustedes desconoce que mañana se celebrará en Mallabia el UEMA Eguna y, seguramente, las siglas UEMA les resultan ininteligibles. Usted será con mucha probabilidad vecino de una población relativamente grande y donde el número de vecinos bilingües no llegará al 70%. Pero si usted es vecino de una localidad de pocos habitantes que sociolingüísticamente es mayoritariamente euskaldun, es decir más del 70% de los vecinos son bilingües, tendrá mayor probabilidad de ser una de las personas de las que se benefician de la labor de UEMA.
Las siglas UEMA significan Udal Euskaldunen Mankomunitatea, es decir, la Mancomunidad de Municipios Euskaldunes. Los municipios pertenecientes a UEMA tienen una característica común: el número de habitantes euskaldunes supera el 70% y, además, la mayoría de ellos comparte el ser pequeños municipios principalmente rurales como era Mallabia hasta hace unos pocos años. Ello no excluye que municipios mayores con economías industriales o de servicios como Azpeitia y Zumaia sean también miembros de la mancomunidad.
El objetivo principal de UEMA es asesorar y prestar servicios a los municipios mancomunados en el ámbito de la normalización de euskara. Puede parecer paradójico que en las zonas más euskaldunes de nuestro país sea necesario aplicar políticas de normalización del euskara, pero no hay paradoja ninguna. La experiencia nos enseña que si no se aplican políticas lingüísticas correctas la pujanza sociolingüística de una lengua puede quedar seriamente amenazada en una sola generación. Un ejemplo reciente lo tenemos en Iparralde, donde zonas totalmente euskaldunes dejaron de serlo en pocos años a partir de mediados del siglo XX por la falta de políticas de defensa, protección y prestigio de la lengua vasca.
Es necesario entonces también que las poblaciones de la tipología de Mallabia tengan recursos para promover políticas lingüísticas adecuadas para preservar y reforzar la pujanza del euskara. En los medianos y grandes ayuntamientos los servicios de euskara ejercen esa labor, pero los pequeños ayuntamientos no tienen recursos ni personales ni económicos para ello. UEMA viene a cubrir esa necesidad. Por otra parte, aunque la problemática en temas de normalización de estas poblaciones es similar en muchos aspectos a la que tienen poblaciones menos euskaldunes, tiene unas características propias que hacen necesarias políticas específicas.
A pesar de los méritos evidentes de UEMA y de su estupenda labor, no todos están de acuerdo con esta apreciación. Por una parte, ciertos sectores del partido abertzale mayoritario no ven con buenos ojos a UEMA. Recientemente, el ayuntamiento de Bermeo (PNV) decidió dejar la mancomunidad argumentado que el ayuntamiento tiene un servicio de euskara y que su afiliación a la mancomunidad no tiene sentido. Ese punto de vista obvia evidentemente que el servicio de euskara de Bermeo puede realizar dentro de UEMA una muy importante función de asesor de los pequeños municipios próximos y que en esto también la unión trae la fuerza. Algunos responsables del PNV explican que el Gobierno vasco tiene las competencias en políticas lingüística y que Eudel tiene el servicio Udale para asesorar a los ayuntamientos en políticas lingüísticas. Se olvidan de varios aspectos fundamentales: que Udale es un servicio inoperante y que en la práctica solo existe en el papel; que UEMA tiene como el ámbito de actuación todo el territorio del euskara y que las características de los municipios de UEMA son especiales. Hemos llegado a oír en labios de algunos representantes públicos del PNV razonar que UEMA está controlada por Batasuna y que por ello no hay que impulsarla. Flaca razón, que se cae por su propio peso, ya que si así fuese, lo políticamente sagaz sería aplicar la máxima trotskista de introducirse en la organización y tomar el poder para hacer a UEMA más fiel a la realidad política del país.
La justicia tampoco le tiene gran cariño a UEMA. En su tiempo, el Tribunal Supremo declaró nula la constitución de la propia mancomunidad. No toda la culpa la tienen los jueces; la falta de acuerdo de nuestros políticos para aprobar una ley municipal que entre otros aspectos reconozca la capacidad de los municipios para crear servicios de euskara da argumentos a los tribunales. El Tribunal Supremo ha dejado muy claro que los servicios de euskara no son tales servicios y que los ayuntamientos no pueden mancomunarse en temas de ese ámbito. Pero la labor de la justicia no ha parado en ello y el TSJPV ha ido declarando nulos acuerdos de adhesión a UEMA a medida que el abogado del estado ha recurrido los acuerdo municipales. Lekeitio y Ondarroa son dos ejemplos. Los ayuntamientos no tienen competencias en políticas lingüísticas, argumento utilizado también para declarar nulas algunas ordenanzas del euskara; la de Azpeitia recientemente.
Aralar tiene claro que la labor de UEMA es fundamental para garantizar el desarrollo de políticas lingüísticas adecuadas que garanticen que las zonas mayoritariamente euskaldunes lo sigan siendo. El euskara necesita ámbitos geográficos donde sea la lengua habitual de relación social a todos los niveles, factor necesario para garantizar la supervivencia y sostenibilidad de nuestra lengua y UEMA ayuda en ello.
Ánimo pues a los euskaltzales a acercarse a Mallabia a disfrutar con el UEMA Eguna. Finalmente quiero rendir homenaje a Iñaki Arregi, coordinador y alma mater de UEMA durante muchos años, fallecido esta semana a causa de una grave enfermedad.