La falsa frontera
"Hay terroristas feos y desgarrados, policías guapos y estupendos y políticos inmorales. Y surge un amor de tricornio y capucha. ¡Por favor!"
Los malos perdedores tienen obsesión por el relato, su última bala, motivo por el cual países e ideologías tiránicas falsifican la historia con libros infames, series bastardas y cine mentiroso. Y así la izquierda abertzale recuerda el fin de ETA como un justo armisticio para blanquear su trágico periplo y el Estado español hizo de la mediocre novela y serie Patria su verdad oficial y regaló un Goya a La infiltradapor glorificar el ficticio heroísmo de la Guardia Civil. ¡Es la propaganda, amigo! Y para todo esto hay suculentos presupuestos, como hubo, hay y habrá fondos reservados y cloacas.
Invención del héroe
La Frontera, producida por TVE en colaboración con Prime y escrita por David Zurdo y Luis Marías, se centra en el mito del “santuario francés”, término con el que las autoridades estatales se referían a Iparralde por la escasa colaboración del gobierno galo en la lucha contra ETA; pero solo era la excusa de la incompetencia española.
Es 1987 y el capitán Mario Sanz persigue a un comando que pretende atentar en París al margen de la organización. Hay terroristas feos y desgarrados, policías guapos y estupendos y políticos inmorales. Y surge un amor de tricornio y capucha. ¡Por favor!, es un sainete caricaturesco a los sones del surrealista Satie, de quien ahora se recuerda el centenario de su muerte.
El viejo truco de advertir que “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia” es una trampa retórica con la que quieren hacernos creer que este bodrio tiene alguna certeza para compensar su cinismo.
Próximo estreno
¿Quién gestiona la propaganda del Ministerio del Interior y adultera la historia del horror policial y el terrorismo? Y en octubre Netflix vuelve con el mismo tema, Un fantasma en la batalla. Otra fantasmada sobre Euskadi, me temo.