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Olga Sáez

Jefa de contenidos de Lurraldea

Migrantes somos todas

"No siempre es necesario cruzar fronteras o cambiar de país para sentirse extranjero"

Migrantes somos todasEUROPA PRESS

Ayer fue el Día de las Personas Migrantes y la efeméride me suscitó una reflexión que siento la necesidad de compartir aquí. Más allá de los movimientos migratorios –tan antiguos como la propia humanidad y tantas veces injustamente estigmatizados– creo que, en esencia, todas las personas somos migrantes. Migrar no consiste solo en desplazarse físicamente; es también transitar cambios, rupturas y adaptaciones que nos transforman.

No siempre es necesario cruzar fronteras o cambiar de país para sentirse extranjero. A veces basta con mudarse de barrio, de municipio o de etapa vital para experimentar la fragilidad de no pertenecer a un entorno determinado; de tener que recomenzar en él desde cero. En esos momentos aparecen dificultades, especialmente sociales y emocionales, que condicionan profundamente nuestro bienestar: la soledad, la incertidumbre, la necesidad de reconstruir vínculos y encontrar un lugar donde sentirse visto, reconocido y cuidado.

Desde esa experiencia común me resulta difícil comprender la falta de empatía hacia los migrantes con mayúsculas: hacia quienes se ven obligados a dejar atrás su hogar, su lengua, su cultura y sus afectos, y enfrentan procesos de adaptación complejos, muchas veces en contextos hostiles y desiguales. Tal vez no solo nos falte empatía, sino también honestidad para mirarnos a nosotros y nosotras mismas y reconocer que, en algún punto de nuestra vida, todos hemos sido –o seremos– migrantes.