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Erredakziotik

Sandra Atutxa

Coordinadora Multiplataforma

Sabor con estrella

Hay temas que huelen antes de escribirse. Que se degustan, que se saborean, que dejan regusto incluso antes de que el primer párrafo caiga sobre el papel. La semana pasada me tocó vivir uno de esos momentos: la gala de la Guía Michelin. Estar allí, en primera persona, es un privilegio. Y más aún cuando desde Málaga nos hemos traído siete nuevas estrellas para Euskadi, cinco de ellas para Bizkaia. Las Michelin tienen esa magia: ese instante en el que el auditorio contiene la respiración y, de pronto, sobre la pantalla gigante aparece un nombre. Quienes estamos allí lo vemos en directo. Si en algo podemos presumir en Euskadi es de que aquí, en esta pequeña esquina del mapa, cocinar es casi una forma de pensar. Detrás de cada premio hay horas infinitas de fogones, renuncias, madrugones, disciplina y creatividad. Y detrás de cada plato hay una historia, un aroma, un recuerdo de infancia transformado en técnica. Pero conviene decir algo que a veces se olvida: la estrella no solo está en los restaurantes con chaquetilla blanca y menú degustación. También brillan en esos locales donde cada día se sirven menús caseros que hacen felices a quienes cruzan la puerta. También ahí hay talento y oficio, aunque no llegue la foto oficial. Porque en Euskadi es difícil comer mal. Hoy, desde estas líneas, me quedo con eso: con la emoción compartida en Málaga, con las nuevas estrellas de Bizkaia, y con todos esos fogones –los famosos y anónimos– que hacen que este territorio siga teniendo sabor propio.