LO que se ha conocido sobre Sarajevo en los últimos días no hace sino ratificar la célebre frase de que ‘el hombre es un lobo para el hombre’ de Thomas Hobbes. Italia está investigando a ciudadanos que viajaron a Bosnia-Herzegovina a participar en cacerías humanas durante la guerra a principios de 1990. Suena terrorífico pero está negro sobre blanco que ciudadanos italianos y de otras nacionalidades pagaron grandes sumas de dinero para disparar contra civiles en la ciudad sitiada de Sarajevo. No hay ningún tipo de disculpa. De nuevo nos ponen ante el espejo y de nuevo descubrimos que el ser humano puede llegar a ser abyecto, cruel e insensible hasta llegar a la abominación. Lo ocurrido en Sarajevo en esos años es producto de determinados acontecimientos entre los que destaca la redefinición de las fronteras de la antigua Yugoslavia. Y todo ello sigue sin ser válido no ya para justificar una guerra, que también, sino para aprovecharse del gran sufrimiento que causan los conflictos bélicos y alentar un turismo de francotirador. Por supuesto pagando grandes cifras, con lo que los ‘usuarios’ están bien clasificados en la escala social. Durante el salvaje asedio de cuatro años a Sarajevo murieron más de 11.000 personas. ¿Culpables? Todos, incluidos también los países europeos que no supieron o no quisieron actuar con la contundencia que exigía el conflicto. Como resumen, pedir a la Justicia que actúe con toda la contundencia posible. Que sufran las consecuencias de esas ‘cacerías’ y que el mundo sepa que quien la hace la paga.