A veces nos volvemos tan locos con el control que a mi juicio rayamos lo absurdo. Ahora que lo que más se lleva es que la city o el pueblo sean para el peatón y que la ciudad a 30 sea símbolo de bienestar, siempre hay quien riza un poco más el rizo. Es lo que ha sucedido en un pueblo de Bizkaia que prefiero no citar para no ponerlo en el punto de mira. Resulta que han hecho de su pequeño centro una zona semipeatonal que al final se convierte en terreno para el peatón, aunque éste debe estar bien avispado porque los vehículos también pueden circular. Pero para garantizar una convivencia cuasi perfecta la velocidad máxima a la que puede circular el vehículo por esta zona es de 20 kilómetros por hora. Prácticamente resulta imposible pasar sin que el coche se cale, y desde luego, es preferible aparcar el vehículo salvo por fuerza mayor. Bueno, tampoco hay muchos aparcamientos... Aparte de la cantidad de automovilistas que ya tienen sus correspondientes multas —y, no una, porque si pasas a 25 tienes ya la sanción de los 100 euros de rigor— la cosa no ha quedado ahí. A las cuadrillas de jóvenes de este pueblo les ha parecido que aquí podían encontrar un punto de diversión así que, cuando ya es de noche y no tienen otro entretenimiento, juegan a ir corriendo por el centro en carreras haciendo sprints a ver quién hace saltar el radar. Aunque es una velocidad semiprofesional dicen que alguno ya lo ha conseguido. A ver si pasa como con Forrest Gump y conseguimos que el radar entrene a los jóvenes del pueblo para futuros atletas.