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Mesa de redacción

Olga Sáez

La carrera de su vida

Conocí a Virginia Berasategui en 2012, año que tuvo el honor de ser la pregonera de Aste Nagusia esa edición. Recuerdo por aquella época a una joven muy alegre que vivió con gran intensidad las fiestas, cumpliendo con su papel en la villa con la misma pasión que conseguía sus metas. En 2012 había sido elegida por la Federación Española de Triatlón como mejor atleta absoluto español del siglo XX, mejor deportista vizcaina en los años 1992, 1994, 1997 y 2003, 2008 y 2009, Premio Fundación Sabino Arana 2010 o Ilustre de Bilbao 2011, entre otros premios. Pero en la carrera más dura e importante, la de la vida, tuvo algunos tropezones y también otros obstáculos duros de salvar que le hicieron más vulnerable, a los que con el tiempo supo sobreponerse. Ayer se presentó un libro de su vida. Se trata de una biografía en la que relata y confiesa las partes más íntimas de esa alma con cicatrices. Dice Virginia que merece la pena contar cosas duras y exponer si eso puede ayudar a gente a superar malos tratos. Lo dice con convencimiento pero también con la humildad de quien ha sufrido más de lo que nadie se puede permitir. La escritora Itxaso Elorduy quiso hacer con ella una sesión de kintsugi que en japonés quiere decir “reparar con oro” haciendo énfasis en sus fracturas en lugar de ocultarlas o disimularlas. El kintsugi da una nueva vida a la pieza incluso convirtiéndola en más bella. Ojalá Virginia lo haya conseguido.