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Mesa de Redacción

Alberto G. Alonso

Tradición poco valorada

EL año recién iniciado vuelve a estrenarse con los presupuestos aprobados en el Gobierno de Lakua, la Diputación de Bizkaia, el Ayuntamiento capitalino. Todo pueden empezar desde hoy mismo, el primer día laborable de 2025, a tirar ya de los fondos previstos para llevar a cabo las políticas pactadas entre los partidos políticos que sostienen los ejecutivos. Una realidad que por repetirse año tras año se ha convertido en una tradición, algo habitual casi ya sin importancia, pero no es así. Es muy importante y hay que reflexionar sobre ello, por lo que significa a nivel institucional, y también por comparación con otras instituciones públicas fuera del ámbito vasco. Conseguir que las entidades que nos gobiernan sean previsoras y trabajen ya en setiembre a saber a que se destinarán los dineros del ejercicio siguiente permite analizar bien las necesidades y tener margen para aprobar las cuentas a tiempo. Cuántos Ayuntamientos y ejecutivos autonómicos carecen de esa dinámica y no tienen cuentas hasta bien entrado el año o incluso prorrogan presupuestos. Otro valor es la estabilidad que aporta tener ejecutivos con suficiente aval parlamentario. Es sinónimo de estabilidad, de mirar con gafas de legislatura, lo que posibilita terminar hojas de ruta y cumplir, en la medida de lo posible, promesas electorales. Y si encima se consigue afianzar esas cuentas negociando con la oposición, como ha ocurrido con EH Bildu en las Juntas Generales, miel sobre hojuelas.