Van dos políticos, se juntan, tenía que ser en Flandes, donde las picas se mantuvieron clavadas ochenta años, y en un pispás, pito-pito-gorgorito, pares-nones, este tuyo, este mío, así veinte veces, llaman “despolitizar la justicia” al reparto entre ambos y los de ambos del órgano de gobierno de los jueces. Carraspeo, calada al cigarrillo y trago. ¿Saben aquel que diu...? Van dos políticos, se juntan tras haberse tirado la balanza de la justicia a la cabeza, desequilibrándola, y en cuanto les conmina la comisaria con estrella Jourova, no jorobéis, en un pispás, pito-pito-gorgorito, pares-nones, este tuyo, este mío, así veinte veces, se hacen hasta amigos, González Pons dixit, y en un abrazo suman los tres quintos en el Congreso y el Senado para la “renovación del Poder Judicial” que deja el Poder Judicial tal y como estaba, abrazado a los partidos de los dos políticos. Carraspeo, calada al cigarrillo y trago. ¿Saben aquel que diu...? Van dos políticos, uno madrileño, otro valenciano, se juntan en Bruselas, donde se habla flamenco y francés, para entenderse en inglés con una checa y en un pispás, pito-pito-gorgorito, pares-nones, este tuyo, este mío, así hasta veinte veces, sellan la “independencia judicial” y que jueces (y fiscales) sigan dependiendo de sus partidos (los de ambos políticos). Carraspeo, calada al cigarrillo y trago. ¿Saben... cómo se llama la película? CGPJ. Componenda General del Poder Judicial. ¡Y han estado cinco años para contar el chiste!
