RESULTARÍA un chiste si no fuera verdad. El Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el PP, ha enviado un vídeo a los niños y niñas del distrito de Chamartín en el que se ha utilizado a una persona blanca con la cara pintada de negro para hacer del rey mago Baltasar. Por si esto fuera poco, en esa misma grabación el actor contratado también simula no hablar correctamente el castellano, imitando un acento que resulta ridículo, estereotipando las características “aparentemente” negras. Parece que todavía no se han enterado de que el blackface, que consiste en embadurnar a actores con betún para representar a personajes de color, es una práctica totalmente innecesaria. No es difícil contratar a la persona adecuada para representar este papel y evitar así caer en esta vergonzante caricatura racista. En 2006, el por entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, también apareció en la Cabalgata de los Reyes Magos interpretando a Baltasar con la cara pintada de negro. Desde entonces, la sociedad ha evolucionado mucho, pero ni entonces, ni mucho menos ahora, son comprensibles estos hechos. Tampoco es admisible que Vox Cádiz haya enviado un christmas con tres Reyes Magos blancos, que posteriormente la formación ultraderechista ha retirado alegando que solo era un boceto. Siempre he pensado que las instituciones públicas trabajaban por la inclusión de la diversidad racial y no por ridiculizarla.

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