EN la película 2001. Una odisea del espacio la inteligencia artificial hace su aparición de una forma amenazadora con la supercomputadora HAL 9000, que se encarga de controlar las funciones de la nave Discovery, y que va cambiando su comportamiento asemejándose cada vez más al pensamiento humano. La literatura y el cine llevan abordando el tema de la IA desde hace mucho tiempo. Las tramas siempre giran en torno a dos premisas: que sirven como ayudantes para los seres humanos o, todo lo contrario, se rebelan y nos acaban por arrebatar todo el poder. Pero estas historias, que parecían futuristas y lejanas, se han convertido ya en una realidad. Y, de momento, para muchos, su presencia resulta muy amenazadora; en Italia, el gobierno ha creado incluso un fondo para aquellos trabajadores que corren el riesgo de ser sustituidos por la IA. En Hollywood también se han levantado en armas porque androides generados completamente por IA podrían reemplazar a los actores y actrices arrebatándoles sus papeles, una problemática que se puede extender a casi todas las profesiones. La ONU ha celebrado una rueda de prensa con robots, en la que estos han pedido a los humanos que no teman a la IA . Los androides sorprendieron también con sus reflexiones al afirmar que podrían asumir responsabilidades políticas o incluso dirigir Estados, frente al pobre desempeño de algunos de los políticos actuales. Asusta tanta sensatez.
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