LA catedrática de Antropología Física y profesora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Esther Rebato se convertía ayer en la primera mujer en el Estado y en la tercera del mundo en ser condecorada con la medalla de la European Anthropological Association. Un gran reconocimiento para esta profesora que lleva años impartiendo clases sobre Evolución Humana y Antropología de la alimentación en la universidad vasca. Y esta misma semana la escritora francesa Annie Ernaux ganaba el premio Nobel de Literatura, logrando además de un triunfo propio, otro para las mujeres porque supone que el mundo tiene hoy una más con la medalla de oro. Hasta la fecha, se han entregado 115 premios Nobel en esta categoría, de los que únicamente 17 han sido para mujeres. Y en otras, la cosa ha ido incluso peor. En los 120 años de historia de los Nobel de Física, solo cuatro han recaído en científicas. Los Nobel, ya se sabe, son desiguales. Tampoco nos ha ido mejor en otros campos, como los premios Pritzker de arquitectura, que han recaído en solo seis ocasiones en mujeres. Hay pocas que han luchado por los Goya y han ganado a los hombres, pocas cuya obras están colgadas en los museos... Es cierto que en los últimos años el número tiende a crecer, pero aún queda mucho camino que recorrer hasta la paridad de género. En pleno siglo XXI, a las mujeres se les sigue reconociendo a cuenta gotas. En este caso, los números sí cuentan.
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