¿PERO qué problema hay con el pelo? ¿Por qué incomoda tanto el cabello de las mujeres en algunos países musulmanes? Hace unas semanas, Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, era detenida en Irán por la policía de la moral para darle, supuestamente, una “clase informativa” porque, al parecer, tenía mal puesto el hijab que debe cubrir las cabezas femeninas desde los 7 años de edad. Pero Amini terminó en la sala de emergencia del hospital, donde moría dos días más tarde, al parecer con evidentes signos de haber sido torturada, como denuncian periodistas iraníes en redes sociales, hombres y sobre todo mujeres que se han echado a la calle desafiantes, cortándose el cabello y quemando sus hijabs. En realidad, se están cortando mucho más que el pelo, están defendiendo su libertad para elegir por ellas mismas, para ponerse el velo si así lo desean o para mostrar su cabello porque consideran que ese trozo de tela las invisibiliza. Están hartas de que la sharía (o ley islámica) rija toda su vida: desde la obligatoriedad de llevar el velo, el matrimonio, hasta la dieta que deben seguir, pasando por el rezo, la economía, la higiene o los colores que deben vestir. Piden la caída del dictador, aunque de momento, solo han recibido como respuesta la brutalidad policial. Las protestas por la muerte de Mahsa Amini se cobran la vida de 130 iraníes. Nacer mujer en Irán sigue siendo una condena.

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