QUE la verdad pura, nítida, la verdad de verdad, es una ficción ya lo avanzó Freud al considerarla tan rara como el alcohol 100%. La realidad, o sea, la verdad; es que ni aquello de que los niños y los borrachos la dicen es cierto. La verdad, o sea, la realidad; se disipa en un mundo construido en algo que llaman “la nube”, donde no existe la verdad definida por Baroja, imposible de exagerar, sin matiz, irreconocible hoy en la verdad que se transmite. Así, se desarrolla una operación militar especial en lugar de una invasión y la consecuente crisis energética y económica deprecia la absoluta crisis de humanidad que se traduce en una muerte por hambre cada cuatro segundos. Las mentiras son fake news, es decir, noticias; falsas, falsificadas, sí, pero noticias. Y no hace falta ser Trump ni irse a Rusia. Se repite inflación donde lo que se sufre es el encarecimiento de la vida. O aumento del periodo de cotización por recorte de las pensiones. Contrato fijo discontinuo como eufemismo de contratación temporal. Dificultades técnicas en vez de falta de voluntad política para cumplir la ley. Pacto de rentas para englobar congelación salarial. Hasta los datos, aquello que era constatado y fehaciente, gen de lo noticiable, son hoy otra cosa, poco que ver con los hechos, espícula del virus de la infoepidemia de desinformación. Digo dice Diego, Diego dice digo, todo es virtual. El mundo empieza por eme de m... etaverso. l
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