NO es la primera vez que asoma el tema de la subida de salarios un lunes por esta columna. Dice Confebask, y las estadísticas lo corroboran, que los sueldos están subiendo en las empresas que tienen recursos para hacerlo. Además, no hay que dejar de reconocer que los empresarios ponen en juego sus ideas y su dinero y que por ello están en su derecho de buscar la máxima rentabilidad de la inversión económica y creativa que realizan. Digamos que no son hermanitas de la caridad y que, cayendo en la demagogia, no hay que esperar de ellos que renuncien a llevar a la familia a esquiar para subir el sueldo de sus empleados. Dicho esto, le da a uno la impresión de que hay empresarios que no se toman en serio las necesidades de sus trabajadores. No valoran como se merece la importancia de tener a la plantilla incentivada, lo que aporta a la producción un trabajador contento y lo que resta un asalariado cabreado. Tampoco se tiene en cuenta que Euskadi es una economía dinámica gracias también a la capacidad adquisitiva de los vascos. El dinero que dejan en Hacienda cada mes los trabajadores vuelve a la economía en forma de ayudas públicas al desarrollo empresarial o a través de un sistema educativo que genera nuevos emprendedores. El dinero que ganan los trabajadores es tan importante que también sirve para formar a sus hijos y alimentar las necesidades de mano de obra a las empresas. De modo que subir los salarios puede considerarse una inversión.