DESAHOGADO ministro de Interior del Reino de España: Lo suyo va más allá del sostenella y no enmendalla. Es directamente la negación de la realidad que todo el mundo ha visto con sus propios ojos y, de propina, una indecencia. Cinco días después de las tremebundas imágenes de la valla de Melilla, con 37 muertos, sigue teniendo el cuajo de pedir respeto “por la actuación escrupulosa” de los desalmados policías marroquíes. Está grabado en el diario de sesiones del Congreso. Más papista que el Papa, defendió también a capa y espada la expresión “bien resuelto” de su jefe, cuando justo a esas horas, Pedro Sánchez reconocía en la Ser que cuando soltó tal demasía no había visto las imágenes. Tristemente, ya ni siquiera sorprende.