Como ya sabrán, pasado mañana los restos mortales del fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, serán trasladados del Valle de los Caídos al cementerio madrileño de San Isidro. Menudo disgusto para el columnero de Vozpópuli Miquel Giménez: “Sigue molestándoles. A lo mejor es porque, sabiendo que lo iban a fusilar, dijo serenamente que ojalá su sangre fuese la última vertida por otros españoles”, anota el bardo sobre uno de los tipos que incendió la II República española y cuya formación causó miles de muertos. Como remate de la pieza, un poco más de poesía entre el almíbar y el alcanfor: “Una vez más, los restos mortales del chico peinado hacia atrás que hablaba de luceros tendrá que ser trasladado”.