Menudo aprendiz, Bill Murray en El día de la marmota, al lado de este humilde recolector de entrecomillados diestros. Tres semanas después, la prensa de orden sigue con la matraca de Alberto Garzón y las macrogranjas. Y la impresión es que cada uno de los textos llegados al humo de las velas es más psicodélico que el anterior. A ver qué les parece a ustedes.

Empezamos con Antonio Burgos, que después de atizar los tópicos de rigor al ministro, acaba arrimando la gresca a su sardina. Es decir a la defensa de la llamada "fiesta nacional". Atención al razonamiento (por decir algo) del columnero de ABC: "Esta dehesa está en peligro por el afán prohibicionista de la Fiesta como símbolo de España; persecución al toro y al toreo en la que se distinguen los correligionarios de Garzón. Incoherencia se llama la figura. Cada vez que la ultraizquierda prohíbe los toros en una región o una ciudad, como últimamente en Gijón o en Oviedo, peligra la dehesa de una ganadería de bravo y se está dañando la ecología de nuestros campos más que con las macrogranjas".

Matar toros con un espada después de haberlos torturado es la alternativa a las macrogranjas, toma ya. ¿Alguna idea más? Desde El Mundo levanta la mano Emilia Landaluce. Su gran apuesta es la caza. Y si les da cosa, son unos paletos. Tal cual: "Los paletos de ciudad deberían ser conscientes de que un venado abatido en una montería (o mejor si es de caza selectiva, con un tiro en el codillo y sin estrés alguno) es menos contaminante que esos aguacates para la tostada que gastan tantísima agua. ¿Es cara esta carne? Estos días, el kilo de venado se pagaba a tres euros y el de jabalí, a dos. Por otro lado, se trata de carnes sin medicamentos, sin grasas y... de animales que han sido felices y libres".

En El Confidencial, Nemesio Fernández-Cuesta, hijo del ministro franquista del mismo nombre, mano derecha en su tiempo de Aznar y gerifalte de una petrolera, se adorna así: "Mejor que prohibir y denostar la calidad de nuestras exportaciones de ganadería industrial, acciones que solo pueden promover más pobreza. Es lo que tiene ser comunista". Ay, las obsesiones...

El último copiapega de la serie garzoniana por ahora lo publica El Español y lleva la firma de un tal Marcial Martelo de la Maza. Anda el hombre con el calendario muy atrasado, amén de bastante confundido con los usos y costumbres de las actuales explotaciones ganaderas: "Se llaman Flor, Lucero, Rubia o Bonita. Las vacas españolas (o, al menos, las vacas gallegas, que son las que yo conozco) tienen nombre. Mi abuelo Pedro, que tenía vacas, distinguía perfectamente a unas de otras, y era capaz de saber, con sólo mirarlas a las ojos, que una estaba enferma o que había quedado preñada".

Sostres y Ussía, caspa gansa

Les cambio de materia prima, pero la ranciedad va por un estilo. En ABC, Salvador Sostres titula su columna con el acrónimo "MILF" y se va directo al charco: "Pedro Sánchez vive en la fotografía permanente. MILF es un acrónimo inglés que hace referencia al gusto por las cuarentonas. Raquel Sánchez, ministra de Transportes, y la recientemente nombrada delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugènia Gay, encajan en este boceto. También la presidenta del Congreso, Meritxell Batet". Cada día es más rijoso.

Otro macho-macho de la manada diestra, Alfonso Ussía, se lía a hacer chistes sobre la persecución a los homosexuales en España el siglo pasado, y cierra la pieza con esta moraleja: "En aquellos tiempos, el ingenio derrotaba a los prejuicios. Hoy, la homosexualidad no solo no está vetada, sino inducida y patrocinada. Lo de Marlasca e Iceta sinceramente, no tiene mérito".

Y como postre, un defensor de Djokovic. Firma con Hugues en el vetusto ABC: "Djokovic nos ha revelado el vínculo entre el que manda y el que obedece, su odio común contra el tercero; también nuestra docilidad,‘nadalizada’: «Aquí las normas están para cumplirse», salvo que se trate de la Constitución".