LA realidad cuantitativa del fútbol vasco, centrada y concentrada en los cuatro territorios de Hegoalde, apenas difiere porcentualmente de su comparación demográfica respecto al Estado español. Existe un leve incremento en el porcentaje de futbolistas -casi tres de cada cien (80.910 de 2.815.261) habitantes de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa poseen ficha federativa frente al 2% en el Estado- que hace que el 8% de las fichas del fútbol estatal, dos puntos por encima de la proporción demográfica (6% de la población), las sumen los 77.408 futbolistas vascos (7,7%) y las 12.375 futbolistas vascas (19%). No son, sin embargo y con la salvedad del fútbol femenino, diferencias relevantes. Es la realidad cualitativa del fútbol vasco la que le hace hoy acreedor a aquel título - "unique au monde" (único en el mundo)- que el diario deportivo francés L'Equipe dedicó en exclusiva al Athletic a raíz de sus títulos en la década de los 80 del pasado siglo. Década, por cierto, en la que sus dos principales conjuntos, Real y Athletic, se repartieron a partes iguales nada menos que cuatro títulos de Liga y dos de Copa. Esa realidad afirma que con ese 8% de las fichas de todo el Estado (89.783 de 1.063.090) y el 4% de los clubes de fútbol (1.418 de 32.327) reconocidos por las federaciones, el fútbol vasco cuenta hoy con más de sesenta futbolistas en las principales ligas de los países FIFA, también con cinco equipos (Athletic, Real, Eibar, Alavés y Osasuna) en la máxima categoría, el 25% de la Primera División, y además los dos primeros se acaban de clasificar para la final de Copa tras haber eliminado con anterioridad y respectivamente a Barcelona y Real Madrid, clubes ambos que doblan con su presupuesto (656 y 641 millones de euros) la suma de los de los cinco vascos (324 millones), que además apenas supone el 11% de los casi 3.000 millones de inversión de los clubes de Primera. La disparidad en los ratios presupuesto-rendimiento es por tanto incluso más nítida y solo se comprende en el a veces injustamente criticado trabajo de base, lo que se agudiza en el caso del Athletic, orgullosamente encorsetado en su tradición de contar únicamente con jugadores vascos: con el séptimo gasto de Primera División, ha logrado en dos décadas clasificarse en ocho ocasiones para la Europa League y en una para la Champions, disputar ahora su cuarta final de Copa en once años -y una de Europa League- además de un título de Supercopa.