LA dimisión de Lander Martínez como secretario general de Elkarrekin Podemos tras el triunfo de la lista encabezada por Miren Gorrotxategi en las primarias para la confección de la candidatura a las elecciones al Parlamento Vasco del próximo 5 de abril no puede ser analizada sin su incidencia en alguna de las características que el electorado valora al depositar su voto. Así, por ejemplo, Elkarrekin Podemos deberá elegir su cuarto secretario general -tras Roberto Uriarte, Nagua Alba y Lander Martínez- en cinco años, desde su formación en febrero de 2015, lo que no contribuye a paliar la sensación de inestabilidad, de impredecibilidad incluso, que viene acompañando a la izquierda estatal; en Euskadi con tanto o más motivo que en el Estado. Y aunque la legitimidad de Gorrotxategi, cuya candidatura poseía el aval de Pablo Iglesias y su ejecutiva, queda fuera de toda duda con un respaldo hasta inesperado del 56,2% (1.519 votos de los 2.830 emitidos), también por el nivel de participación, del 62% del total de inscritos verificados; que dicho aval refleje en porcentaje similar al sector del electorado que otorgó 157.334 votos y 11 escaños a la candidatura de Podemos liderada por Pili Zabala en 2016 sí presenta en un primer momento más interrogantes. Por otro lado, si en las formas el proceso democrático de elección de candidato a lehendakari en Elkarrekin Podemos no tiene tacha ni nada que ver con la reciente y polémica designación autocrática de Carlos Iturgaiz por Pablo Casado en el PP, en el fondo sí permite intuir que Podemos se ha impuesto a Elkarrekin y prever una similar supeditación de las decisiones -y por tanto de criterios de actuación posterior- del partido en Euskadi a los intereses, necesidades y estrategias de la formación a nivel del Estado. Lo confirma que la dirección "nacional" de Podemos ya vetara, aun a riesgo de lastrar el resultado electoral, la presencia como hace cuatro años de Equo en la coalición por su alineamiento -excepción hecha de su principal figura, Juantxo López de Uralde- con el Más País de Errejón en las generales de diciembre. O que en la primera rueda de prensa de la plancha ganadora en las primarias moradas ya se plantee la pretensión de conformar tras las elecciones una mayoría que traslada a Euskadi el acuerdo de gobierno en Madrid, aunque en este caso con PSE y EH Bildu y como alternativa al PNV.