DA gusto ver jugar al Athletic, pero no el sábado ante el Villarreal, toda la temporada. Quitando el partido del Rayo, en el resto de encuentros los de Marcelino El equipo tiene clarísimo cuál es su argumentario y en base al mismo funcionan. La idea está asimilada al cien por cien y el sello del entrenador es tan claro que los rivales ya cuentan con ello desde antes de cada duelo.

El técnico asturiano nos va anunciando lo que va a suceder y el guion de la película sigue su curso. Estableció el tercio de temporada para empezar a hacer un análisis real y, por la pinta que tiene, de seguir así puede que hasta ya lo tenga escrito. Hay cosas para él que son innegociables y ha encontrado el grupo perfecto para mostrarlo en el verde. Si de algo habla permanentemente es del compromiso de los jugadores y su disposición al trabajo. Les aprieta, les exige pero les premia. No hay más que ver cómo están todos y cada uno de ellos físicamente.

La semana era complicada porque 22 días sin competir son muchos y para todos nosotros era una incógnita conocer cuál iba a ser la respuesta en lo referente a esa denominada chispa. Pues la vimos, el equipo estuvo enorme, inmenso. El despliegue habitual, más una dosis importante de mejora en lo futbolístico. Marcelino había dicho que con el paso de las jornadas se iba a estar mejor con el balón, tal cual. Es bastante gracioso el nivel de exigencia que se tiene con este entrenador en algunos aspectos, alguno todavía no digiere que sea él y no "otro" el entrenador del Athletic.

El sábado los casi treinta y nueve mil espectadores que se dieron cita en La Catedral. La propuesta encaja a la perfección con la grada y queda claro que el aficionado de San Mamés premia el trabajo ante todo. Si además se ven goles, llegadas y comprueba cómo su equipo no concede prácticamente nada, pues la alegría es completa. El equipo ilusiona y tiene pinta de que esto no es flor de un día. No hay más que ver el comportamiento de jugadores que no contaban para casi nadie y se están saliendo literalmente".

Este grupo está consiguiendo una regularidad tremenda, que es lo más importante para un equipo. Da igual el rival, por cierto, el del sábado, un equipazo. El comportamiento es más que fiable y esto le otorga la credibilidad suficiente como para creer que en cualquier escenario se puede sacar algo. Si hay acierto arriba, la temporada puede ser muy buena.

El mismo día por la mañana vivíamos una Asamblea de compromisarios más, vaya por delante que no creo en este órgano de gobierno del club. Hablo como socio. No obstante, lo respeto, es lo que tenemos. No me sorprendió ni el resultado, ni lo escuchado. Solo me sonó a nuevo el anuncio de Elizegi de no presentarse a las próximas elecciones. Creo que acierta.

El presidente que ganó un 27 de diciembre de 2018, empezó a perderlas ese mismo día. Ganar por tan escaso margen es una mala noticia. Si además encuentras que el presidente que se va, no se quería haber ido, malo. Elizegi se marchará con sus aciertos y fallos, pero por lo menos no creerá haber inventado el Athletic, cosa que el anterior sí. Espero que se vaya y ayude al siguiente, algo de lo que él nunca podrá hablar, ya que nunca tuvo esa ayuda sino todo lo contrario. La clase se lleva de serie.