ARECÍA una de esas carreteras interminables que cruzan los desiertos o los parajes despejados con un horizonte infinito, un sol inclemente, y ni una sola curva en el camino. Un sinfín. Y de repente, ¡zas!, aparece la noticia que todo lo cambia: Mercabilbao tiene fecha de caducidad en Basauri y se trasladará a Ortuella en un plazo aproximado de cinco años, el tiempo en que se habían ampliado las concesiones en Basauri. Los mayoristas miran con asombro el giro (les ha pillado de sopetón...), los vecinos de ambos municipios -Basauri y Ortuella, para más señas...- también aguardan expectantes y los gestores de la vida nuestra de cada día aspiran a encontrar un nuevo rumbo, una vía despejada hacia un futuro más halagüeño.

Dicen que los nuevos derroteros que toma la vida, más orientada a la supervivencia en común que a la aventura de llaneros solitarios, la propia evolución de la actividad de Mercabilbao, así como la imposibilidad de crecimiento en sus actuales instalaciones, aconsejan su traslado a un entorno en el que convivan distintas actividades del sector alimentario.

Ortuella les aguarda con los brazos abiertos. Al parecer la idea es que el nuevo Mercabilbao se convierta en el eje central sobre el que rote el futuro campus especializado en la industria alimentaria y servicios avanzados que se pondrá en marcha en 2027, como un tentáculo del Parque Tecnológico de Ezkerraldea-Meatzaldea. Basauri también se encuentra con una ganancia de espacio libre que les permita captar nuevos motores económicos y tierra llana, tan apetecible en un municipio en cuestas, para la habitabilidad. No suena mal para nadie. Los más susceptibles aseguran que Bizkaia miraba al Basque Culinary Center con ojos de deseo ("igual han buscado un motor tractor parecido", dicen algunas voces...) y que habrá ganancia inmobiliaria. Nunca llueve a gusto. l