L rayo que no cesa es el título de un libro de poemas escrito por Miguel Hernández y publicado por primera vez en 1936 por Ediciones Héroe. Es un poemario de amores desamparados, sí, pero también puede emplearse ese título como metáfora del avance y progreso del metro y su línea 5, un nuevo renglón ferroviario, si es que me lo permiten decirlo así, que conectará Galdakao y sus periferias y alrededores (no olvidar, por supuesto, el Hospital de Usansolo...) con esa red que facilita el encaje de buena parte de los territorios de Bizkaia. Ese, el suburbano, es la bala de plata que se decía antaño. Es el rayo que no cesa.
El ajuste de cuentas, dicho sea sin segundas y sin malas intenciones, facilita ese despliegue. Como quiera que la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno vasco han engrosado las recaudaciones fiscales acaban de decidir abrir la caja de caudales y sacar de ahí 360 millones de euros para darle vida a este proyecto, antes de que les crezca la barba a la espera de los apoyos europeos. "Ahora hay dinero", dicen. Y aunque parece probable (más bien posible, diría uno...) que la aventura de este crecimiento bien pudiera sufragarse con los fondos de Next Generation, han decidido no esperar más. Uno no imagina mejor uso de la pasta: comprarse un pedacito de tiempo, una parcela en el calendario. Con este adelanto se va a ganar calidad de vida y los cálculos son llamativos: para 2027 Galdakao ya estará a tiro de tarjeta Barik.
Contra la pinta que tiene, convendrán conmigo en que la vida no es una tecnología, ni una ciencia. El uso de la vida que nos toca a cada cual es un arte, así que la población agradece estos adelantos que nos traen consigo más cercanía y ganancias de tiempo libre y ahorros de vehículos en la carretera para salirnos del cuadro. De aquí a cinco años tendremos ante nuestros ojos una maravilla más a la vista.