N necio puede hacer en una hora más preguntas que las que un sabio puede contestar en siete años. Y, sin embargo, son las respuestas las que más pesan. Ahí andamos, a la búsqueda de los perretxikos en primavera, soluciones ingeniosas para nuestro paladar. Udaberriko zizazuria, también les llaman y no hay consenso si es mejor cogerlos en marzo, por San José, o en abril, por San Jorge. Por si no lo recuerdan y hace tiempo que no los vieron, el perretxiko sale formando corros en prados y claros de bosques, en suelos calcáreos, asociado a matorrales, zarzas, ortigas, herbáceas, brezo€ Crece en grupos, en un hábitat muy especial llamado, en la literatura popular, corros de brujas. Un solo setal puede dar varios kilos y más de un corte por temporada. Es la fuerza de la unión y un ejemplo de que la naturaleza ofrece respuestas nada desdeñables.

Ahora que media humanidad anda preguntándose cómo saldremos de esta, no es malo echar un vistazo a esos libros. Bien aplicada, ofrece soluciones. En el caso de la reina de las setas el ejemplo es evidente: en esa unión radica la fortaleza. Es lo que debiéremos intentar, aunarnos para ganar fortalezas y no conformarnos con que cada cual salve su circunstancia. Los más listos por su cuenta serán poderosos pero todos juntos serán omnipotentes.

Hoy, en medio de la tierra sagrada del fin de semana en el que regresa el Athletic al fútbol y en el que se aparcan las obligaciones y se encienden las antorchas de la distracción, no vendría mal detenerse a pensar un poco. No será suficiente con que uno salve su pellejo: la idea es que agrupándonos todos, con mascarillas, geles y la cinta métrica del sentido común como herramientas, nos hagamos invencibles. Hay que levantar una fortaleza y no huir siempre de lo que nos persigue. Un virus, pongamos por caso.