E da pena decir que el arbitraje de José Luis González González tuvo dos partes. En la primera, el colegiado de Ponferrada no dudo, pero en la segunda falló en lo más importante y, desde luego, no tuvo la ayuda de Gil Manzano desde el VAR. Y es que el árbitro extremeño no le facilitó la tarea en nada, todo lo contrario. González González llevó bien el partido hasta el minuto 71, cuando hay una falta muy clara de Militao sobre Raúl García que no pita. Sigue la jugada y acto seguido Dani García pisa a Marcelo dentro del área de forma clara. En un primer momento, el árbitro no señala la pena máxima, pero Gil Manzano le dice que vaya a la pantalla para ver repetida la jugada. Acertó al señalar la pena máxima que no falló Sergio Ramos. Pero tres minutos después, en una situación similar, pero en la zona defendida por Courtois, no ocurre lo mismo. El capitán del Madrid pisa en dos ocasiones a Raúl García, la segunda de manera intencionada. González González no estaba bien situado para ver la acción, pero sí Gil Manzano desde el VAR, que debió, al menos, decir a su compañero que fuese de nuevo a la televisión para contemplar la jugada de la polémica. No lo hizo y se equivocó, con el Athletic como perjudicado. Puede que no lo hubiese señalado, pero al menos tenía que haberlo revisado.