No hace falta ya rendirse a la presión de los mensajes populistas. Basta con ahorrarse principios. En Reino Unido, el gobierno laborista va a reformar la normativa de asilo en dirección a dificultar la concesión. Pero no crean que es porque ceda a la presión de la ultraderecha xenófoba que pincha en las calles cuando convoca manifestaciones anti inmigrantes. Es por el coste de mantener a los solicitantes alojados mientras se dilata su proceso de regularización: se trata de ahorrarse gasto, pero el resultado favorece el mensaje que cosifica a las personas y renuncia a principios globales como es el derecho de asilo.
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