Lo siento. No me parecen chiquilladas ni haré el menor esfuerzo por ponerme en la piel del adolescente que considera que liarla en la calle a botellazos o contra el mobiliario urbano es un buen fin de fiesta. Igual hasta se cree que está reivindicando algo. Adolescentes indignados hemos sido casi todos y una inmensa mayoría no hemos sentido inclinación, ni nos hemos envuelto en el estímulo ajeno o buscado la comprensión materno-filial que nos animara a desarrollar como virtud la capacidad de regresión hasta el comportamiento primario de un homínido. Si no sabes beber o estar o pensar, anda pa casa, bobo.
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