Los cuidados están llamados a ser el gran asunto a priorizar en los próximos años y décadas. Máxime en un país cada vez más envejecido como el nuestro. Son las familias y, de manera abrumadoramente mayoritaria, las mujeres quienes asumen los cuidados, especialmente de las personas más vulnerables. ¿Pero quién cuida de la cuidadora? Un estudio concluye que en Euskadi una de cada diez cuidadoras de personas con problemas de salud mental están en tratamiento psicológico o farmacológico ante el impacto emocional que supone. Urge cambiar un modelo obsoleto e injusto.