HA sido escuchar a Pedro Sánchez decir que la ruptura con Unidas Podemos en el Gobierno “no se contempla” y verle que redobla su confianza en la ministra Montero y entrarles a los socios de la coalición –a los dos– sudores fríos. Como cuando el presidente de un club de fútbol muestra todo su apoyo al entrenador y le garantiza su continuidad y a los dos días lo destituye de manera fulminante. “No se contempla”: siempre hay que analizar las expresiones de Sánchez. Puede querer decir que no lo ve, que no lo espera, que no lo quiere. O que se va a dedicar a la vida contemplativa.