ICONO de ruptura, de irreverencia, reina de lo chocante, élite underground, punk pero pink, no ha sido solo ejemplo de lo absurdo del estilo y el diseño; del contrasentido porque, sacerdotisa de la estética antisistema, de cuchillos y alfileres, acabó siendo pinchada con la insignia de la Orden del Imperio Británico. Hoy que su muerte a los 81 años se mezcla con otras de mujeres anónimas en muy diferentes y dramáticas circunstancias, es también reflejo del imperante machismo en modo paradoja: ella, inglesa rebelde, empoderada, independiente, acabó siendo famosa con el apellido de su primer marido, Derek Westwood. Rest in Peace, Vivienne Swire. l