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En esencia

Equilibrios

CONOCÍ hace unos meses un podcast que me resultó bastante interesante. Los episodios comienzan con una reflexión personal del autor sobre temas que pueden ser de lo más variados y siguen con una entrevista a personajes relevantes del mundo de la cultura, del deporte o de la prensa. Más que una entrevista, lo que realmente hace es mantener una conversación lo suficientemente extensa como para conocer en profundidad a sus invitados y que éstos se pronuncien no sólo sobre cuestiones relativas a su profesión sino también sobre otros muchos asuntos de actualidad. Un entretenido espacio de reflexión sosegada y de plantearse preguntas en estos tiempos tan dados a los consumos rápidos y a las respuestas inmediatas.

Hace unos días entrevistaba a un director de cine que hablaba de una de las principales dificultades que se encuentra a la hora de trabajar. No es otra que la batalla que tiene que lidiar con los productores de sus películas, ya que a menudo los contenidos que él quiere hacer, los que nacen de su vocación artística, no son lo suficientemente comerciales como para calar en el gran público y tener éxito en taquilla. Confesó que lo que termina haciendo es adaptar su planteamiento inicial con un producto que da respuesta a su orgullo creativo y a su satisfacción profesional al mismo tiempo que no pierde de vista las demandas del mercado. Me pareció una respuesta inteligente a una dicotomía que se plantea con más frecuencia de lo que pensamos en prácticamente todas las facetas de la vida. Y qué importante, a la vez que difícil, es encontrar ese equilibrio entre lo puramente romántico y lo excesivamente pragmático. Qué necesario ser capaz de ofrecer una alternativa propia, no desnaturalizada, en la que te sientas cómodo y te veas reflejado al mismo tiempo que sea lo suficientemente abierta y atractiva para los demás. Porque entre ser muy puro y ser un vendido hay siempre un punto intermedio, y generalmente suele consistir en ser inteligente. l