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Declive bancario por mor de la política

Para sorpresa nuestra -los legos en finanzas- la banca alemana está muy por debajo del potencial de la industria alemana. Tanto, que para impedir un declive alarmante de sus principales bancos, el Gobierno federal está impulsando sin tapujos la fusión de dos de los bancos mayores del país : el Deutsche Bank y el Commerzbank.

Si esto acabará fraguando y será un éxito está por ver. Hasta ahora las grandes fusiones y absorciones bancarias de la RFA no han sido precisamente grandes éxitos y la que se intenta ahora no se plantea en condiciones que impulsen al optimismo.

Pero economía aparte, la historia del actual intento de maridaje tiene un trasfondo nada financiero. Simplificando muchísimo, se podría decir que este episodio es fruto de viejos celos políticos y apreciaciones erradas del mercado de tres protagonistas : los Gobiernos de la República Federal y el del Estado federado de Baviera así como el mayor consorcio asegurador de Alemania, Allianz.

La historia de la actual crisis comenzó en 1976, cuando el Deutsche Bank -a la sazón entidad financiera dominante del país- adquirió el 5,2% del capital del Bayerische Vereinsbank, uno de los dos grandes bancos de Baviera (el otro era el Bayerische Hypotheken und Wechsel-Bank). La operación se interpretó en Múnich como un ataque a la autonomía bancaria del Estado federado, ya que en el resto de la RFA dominaban los tres grandes del sector -Deutsche Bank, Dresdner Bank y Commerzbank- y Baviera era feudo de las dos entidades locales.

La entrada del Deutsche Bank en el capital social del bávaro, alarmó a los dirigentes de Múnich. La respuesta, más política que financiera, fue la fusión el año siguiente de los dos bancos bávaros en el Bayerische Hypo-Vereinsbank (BHV) que alcanzaba así la categoría de segunda entidad crediticia de la RFA.

Pero los bancos bávaros habían estado demasiado al servicio de la política y por esta razón (la principal, pero no la única) se habían implicado excesivamente en la burbuja inmobiliaria.

Ya en el 1998, el BHV tuvo que admitir una pérdida de 3.500 millones de Deutsche Mark y en el 2005 separa el ramo inmobiliario del bancario para acabar siendo absorbido en el 2005 por el Unicredit italiano.

Por su parte, la gestión de los bancos federales tampoco resultó una obra de arte. En el 2000, Dresdner y Deutsche anunciaron a bombo y platillo su fusión, operación que se anuló a las pocas semanas. Gran perjudicado de esas turbulencias resultó la aseguradora Allianz, que poseía un buen porcentaje del capital del Dresdner.

La aseguradora intentó el maridaje de los segundones, pero tampoco cuajo la fusión del Dresdner con el Commerzbank, acabando toda la crisis con la absorción del Dresdner Bank por Allianz. Y el remedio fue infinitamente peor que la enfermedad. Tan mal le resultó la operación a la seguradora que en el 2008 vendió el Dresdner al Commerzbank. Al final se evitó una bancarrota sonada de este último banco; el Estado federal aportó 6.300 millones de euros para salvar la entidad.

Ese dinero lo han perdido los contribuyentes y, en cambio, el Estado posee ahora el 15% del capital del Commerzbank y que hoy en día apenas vale 1.400 millones de euros. Es, como se ve, una versión germano bancaria del negocio de Roberto y las cabras. Solo que ahora Roberto se llama contribuyente alemán?