EL asturiano Pablo González Fuertes tuvo una tarde con altibajos, aunque no estuvo tan mal como algunos quisieron ver en la interpretación de las faltas. El novel colegiado de Primera División se equivocó, sobre todo, en una acción de Banega sobre Williams a la altura de los banquillos. Fue poco antes de llegar al descanso, cuando el centrocampista argentino realizó una entrada muy peligrosa, dándole en el muslo un fuerte golpe. En general, González Fuertes se mostró bien físicamente, con buena colocación, pero demasiado pendiente de lo que le dijese el VAR. Nada que objetar a los dos golazos de Williams, que demostró sus cualidades. Ya era hora de que San Mamés se diese una alegría.