Pues sí, resulta que hay vida más allá de la política y ese escenario mediático de corrupción y escándalos en que se ha convertido el día a día. Hay vida, sí, al margen del patriotismo civil y del 155. Y se trata, además, de vida inteligente que procura el progreso social y económico. Al menos, hay vida inteligente en el País Vasco (dicho sin ánimo supremacista), como bien quedará demostrado esta semana en el transcurso de la Bienal de Máquina Herramienta, que abre hoy sus puertas para los más de 40.000 profesionales del sector que se esperan en el BEC de Barakaldo donde 1.751 firmas procedentes de 21 países mostrarán 3.000 productos, 1.200 máquinas y 300 novedades tecnológicas en funcionamiento.

A la vista de estas cifras, queda claro que estamos ante un evento de gran importancia para la economía vasca, en la medida que este sector es la piedra angular de toda la industria. Un certamen de esta naturaleza es uno de los mejores termómetros para verificar la salud de la economía en general. Superar los 40.000 visitantes registrados en la pasada edición (2016) es una buena señal porque significa que las expectativas de futuro están mejorando. Los profesionales del sector no vienen al BEC para hacer turismo. Vienen para conocer las últimas novedades, para reafirmar los contactos ya establecidos a lo largo del año y/o para cerrar operaciones de compraventa de maquinaria que será incorporada a los sistemas productivos de grandes o pequeñas industrias.

En este contexto, el sector vasco de máquina-herramienta no sólo es líder indiscutible en el conjunto del estado, al concentrar más del 80% de la producción española, cuando el número de empresas implantadas en Euskadi apenas llega al 70%, sino que goza de gran prestigio en todo el mundo, como así lo confirma el 85% de la producción que se vende en países como Alemania, China México, EE.UU. o Francia. La trayectoria es elocuente y el futuro prometedor. Superada la crisis, a partir de 2014 el sector ha registrado incrementos significativos en la producción y exportación, al tiempo el futuro se presenta esperanzador, porque, como señalaba Xabier Ortueta, director general de AFM Cluster: “Tenemos mimbres para seguir demostrando que somos competitivos en soluciones punteras para la industria”.

un sector maduro En efecto, el sector se mantiene en los puestos punteros del ranking europeo y viene a ser como aquel punto de apoyo que pedía Arquímedes para mover el mundo, bien entendido que ahora se trata de mover la Industria 4.0 que requiere una visión completa y necesaria del futuro industrial en el marco de la empresa inteligente. En este sentido, estimo como muy acertada la definición realizada por Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, cuando califica el sector como “maduro, pero no envejecido”, destacando su capacidad para introducir en su dinámica “nuevas formas de hacer”.

El sector se mueve en torno a tres factores básicos: personas, tecnología e internacionalización. Es decir, volviendo a las primeras líneas: se mueve en torno a la vida inteligente porque estamos ante un sector en el que se dan citan conceptos como: conocimiento, formación, productividad, eficiencia y competitividad, que se proyectan en la sociedad vasca para establecer unos programas de formación profesional que desembocan en empleos de alta cualificación, bien retribuidos; para destinar (las empresas) entre un 5 y 6% de su facturación en I+D; y para acentuar su presencia y prestigio en los mercados internacionales.

Los organizadores de la bienal dicen que será un certamen récord en cifras y muy ambicioso en innovación tecnológica. Sería muy prolijo señalar aquí los distintos eventos que en esta materia están programados, como el Be IN, BIEMH. Quizás sea suficiente el simbólico mensaje de los organizadores de la Bienal cuando señalan You make it big (Lo haces grande).

Esta es, también, la realidad de la economía vasca, que no está privilegiada por cuponazos, sino por el trabajo inteligente bien hecho y por la constancia, para progresar social y económicamente.