25 años de la convergencia(ejem) de PSE y EE, el tiempoacaba embadurnando casitodo de una gruesa capa de melaza.
De saque, confieso que me enternecela conmemoración. ¿Desde hacecuándo que nadie repara en ese parde letras que arrastra el partidoactualmente liderado por Idoia Mendia?Apuesto a que si salimos alcachofaen mano a preguntar a los viandantes,con suerte, solo alguno de losmás viejos del lugar sabría situar lacoletilla en su contexto. Es el signo delos tiempos, pero también en estecaso, la constatación de que aquelepisodio no se cuenta entre los quehan quedado en el acervo colectivo.
Yo mismo, que me precio de buenamemoria, tengo un recuerdo nebulosode aquellos días de 1993 en que,cautivas y desarmadas, buena partede las huestes de lo que fue una formaciónrevolucionaria en muchossentidos se entregaron con armas ybagajes a un partido instalado en laoficialidad. No se olvide que porentonces el PSOE más hediondo resistíanumantinamente en Moncloa losenvites del joven Aznar y que el PSE,nave nodriza, sesteaba plácidamenteen el bipartito que gobernaba casitodas las instituciones importantes dela demarcación autonómica.
¿Cómo pudo ser que muchas de laspersonalidades políticas más brillantesy atrevidas ?cierto, y también conmenos tirón electoral? de las dosdécadas anteriores acabaran entrandopor su propio pie en la organizaciónque, por decirlo suavemente, nohabía sido ajena al GAL? Aquí la respuestaes la del bribón Rato: es elmercado, amigo. Euskadiko Ezkerradebía 800 millones de pesetas, unpastón, y el PSE se hizo cargo de ladeuda. Lo demás es literatura.