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Sorpresa, perfil virgen y una gran incógnita

Pili Zabala tiene la admiración de todos en el ámbito de las víctimas, pero debe demostrar su capacidad en todo lo demás

HACE justo cuatro años que un periodista de DEIA llamó a Laura Mintegi para contrastar las informaciones que le llegaban sobre su próxima elección como cabeza de lista de EH Bildu a las elecciones vascas. Ella, amablemente, negó que fuera a ser así. Pocos días después, era presentada como candidata a lehendakari. Hace una semana, un periodista de DEIA (el que suscribe) llamó a Pili Zabala con el mismo objetivo de contrastar la oferta que le habría hecho Podemos Euskadi. También muy amablemente, lo negó y dijo que no estaba en esas cosas. Que el encuentro que había tenido esa tarde en un hotel de Donostia con los dirigentes morados Nagua Alba y Eduardo Maura era por cuestiones personales dada la larga relación de amistad que mantiene con la joven coordinadora de Podemos y su familia.

Ambas, Mintegi y Zabala, quieren representar, en teoría, las nuevas formas de hacer política. Ya se sabe: aire fresco frente a las viejas formas de los partidos, transparencia, “gente” frente a “aparatos”...

¡Ah, la nueva política! Mentir a un periodista será más o menos habitual, pero debería ser un “delito” en política. Máxime para alguien que aspira a ser lehendakari y representar a todos los vascos.

Con todo, Pili Zabala cuenta con el reconocimiento y admiración de miles de personas, entre las que, por supuesto, me encuentro. Su dolor y su lucha por la verdad y el reconocimiento en el secuestro, tortura y asesinato de su hermano Joxi, su inquebrantable compromiso con la paz y la convivencia pese a su terrible sufrimiento, su empatía y solidaridad con todas las víctimas, su participación en cada iniciativa plural en favor de los damnificados de toda condición hacen de ella ser acreedora de una gran estima en este terreno. Pero hasta ahí.

Porque el resto es una extraordinaria incógnita: si conectará con Podemos, si lo hará con el electorado real y potencial, hasta dónde alcanza su perfil social, qué piensa y sobre todo qué propone sobre los mil y un asuntos que están encima de la mesa de la política vasca, desde la salida de la crisis a la defensa del autogobierno, pasando por la sanidad o la OPE de la Ertzaintza, su capacidad de gestión, si podrá liderar un proyecto que la haga lehendakari.

Tiene a su favor su carácter conciliador, sus formas suaves y perfil moderado e integrador, su capacidad de diálogo por encima de etiquetas e ideologías. ¿Bastará? De momento, debe superar el primer obstáculo dentro de casa ganando a un candidato alternativo.

No hay duda de que la elección de Pili Zabala ha sido una sorpresa, ya que muchos la situaban en la órbita de la izquierda abertzale, a la que podría dar un buen bocado. Curiosamente, mientras EH Bildu intenta buscar un perfil más social, más de izquierdas, para competir con Podemos, los morados se decantan por un perfil mucho más difuminado y virgen en este terreno. No le bastará a Pili Zabala con no mentir más a la prensa.