Papel mojado
Quienes llevan meses sin ponerse de acuerdo aprobaron lo que no habrá quien lo lleve a la práctica
TRAS esas graciosas vacaciones que sus señorías se concedieron a sí mismas, más propias de escolares de primaria que de representantes del pueblo, el Congreso sigue con su trabajo. Perdónenme que me ponga algo ácido, pero era casi mejor cuando no sabíamos casi nada de ellos. En lenguaje popular diríamos que están “yendo pa ná”. Todo tendría mucho sentido si antes de debatir qué debe hacerse en materia de educación o seguridad, o del estatuto de Valencia, se supiera quién lo va a hacer. Pero no es el caso.
Estrenada la primavera, llegaron también los juegos florales al hemiciclo. O si prefieren, se pasaron la tarde de ayer hablando de pájaros y flores. Ya sabíamos contar antes de que aprobaran derogar la aplicación de la Lomce, sabíamos cuáles eran las mayorías y las minorías; de hecho, recordamos la conjura de la oposición a la ley Wert y que avisaba que la enésima reforma educativa acabaría con la mayoría absoluta del PP. Pues bien, el final de esa mayoría no ha traído nuevo Gobierno, así que lo de ayer en el Congreso era una ración más de “postureo”. Resulta cuando menos llamativo que quienes no son capaces de ponerse de acuerdo para pasados tres meses y medio ofrecer una alternativa al ejecutivo de Rajoy sean los mismos que protagonicen esta política ficción de aprobar en el Congreso lo que luego no habrá quien lo lleve a la práctica. Vamos, que si es por Rajoy ya pueden aprobar lo que quieran en el Congreso (también ese nuevo salario mínimo interprofesional que propuso ayer la remozada Convergència catalana) porque no habrá nada que le obligue a desarrollarlo.
Parece bastante obvio que en lugar de empezar la casa por el tejado, los llamados a poner fin al cuatrienio del PP y sus nefastas consecuencias en materia educativa, salarial, laboral o de libertades individuales, arreglaran lo primero: un pacto de investidura. Pero a juzgar por lo que decían a la mañana C’s y Podemos, eso no parece que está cercano. Por eso resulta aún más desconcertante que por la mañana se veten y por la tarde se voten. Va siendo hora de que sus señorías pongan fin a este recreo y no hagan como que toman decisiones muy importantes. Son papel mojado y lo saben.