Será que me hago mayor y, por eso, el paso del tiempo cada vez me resulta más acelerado. De nuevo dos de enero, me digo a mi misma mientras evito desanimarme por las tantas incógnitas que siguen ahí en este comienzo del 2016.
Mundaka se incendió la noche del 1 con cohetes y fuegos artificiales, como si de alejar los demonios se tratara. En estas fechas repetimos saludos y esperanzas que, a veces, se confirman (sobre todo en lo personal) pero que en lo que atañe a la política y a nuestro futuro de pueblo se quedan lamentablemente en una letanía de deseos que están tardando demasiado en hacerse realidad. La paciencia se nos carga de frustración por lo que queda pendiente y nos deja con un sabor agridulce que nos impide disfrutar de lo conseguido. Por eso, es bueno pararse en estos días cuajados de buenas intenciones y, en algunos casos de propósito de la enmienda, para evaluarnos en lo individual sin culpabilizar al colectivo.
Son muchas las cuestiones irresueltas en el ámbito político, siguen siendo demasiadas la injusticia, la vulneración de derechos de las personas y la tan a menudo falta de coherencia entre el discurso y los hechos. Aplicar valores morales a la práctica política no sólo no está demodé sino que es fundamental para que resulten creíbles los y las representantes elegidas por la ciudadanía. Ética y sentido moral exigibles, por lo tanto, a la hora de las decisiones que, en democracia, no son más que el interés y el bien común, sin demagogias ni populismos baratos.
La política estatal nos pilla más lejos que las de nuestros gobiernos de Iruñea y Gasteiz pero, aun con todo, allá también nos la jugamos. Quizás Rajoy no vuelva a ser presidente, ojalá otras fuerzas sean capaces de acordar con decencia en el sentido contrario a lo hecho por el PP aprovechándose de su mayoría absoluta. El PSOE y Podemos pueden ser la alternativa a la derecha de los recortes y las privatizaciones pero necesitarán a otras fuerzas políticas en algún momento. La representación de las naciones sin Estado jamás serán mayoría en Madrid (pura matemática) aunque en esta legislatura de mayor debilidad de las fuerzas políticas centralistas podrían llegar a ejercer más fuerza que en la anterior.
Quedan muchas cosas por descubrir a partir de la semana que viene. Veremos si Sánchez se atreve a jugársela (en clave interna de partido) apostando por un gobierno alternativo o si Iglesias demuestra su teórico compromiso con la justicia para con las personas y de los pueblos (a ver en qué queda lo de la plurinacionalidad de su calculado y cambiante discurso electoral).
Doy la bienvenida al 2016 y como dicen los versos: dejemos atrás las cargas pesadas, que ocupen su lugar la paz y el amor. “?albora ditzagun betiko karga astunak ta etxekoekin batera gozatu ospakizunak. Lekua har dezatela bakea eta maitasuna. Besarkada bat bihotzez. Urteberri on, laguna”. Un abrazo de corazón, querido lector, querida lectora.