SE ve que tenemos un problema de definición y experiencia en los metros finales y hasta de malicia cuando entran con fuerza los defensas rivales. En la primera parte en el Power8 Stadium no hubo jugadas discutibles, salvo en el minuto 25, cuando el mexicano Héctor Moreno le carga por detrás dentro del área del Espanyol a Guillermo Fernández. El delantero rojiblanco no le buscó para que fuese un empujón e hiciese dudar al árbitro. En el 35, Iraizoz sale de puños por alto y choca con Stuani cuando el periquito intenta rematar. No hay falta. Luego, el partido, continuó con tranquilidad, salvo una tarjeta que recibió Laporte. El de Agen, a mi entender, choca con su cabeza con un rival cuando intenta despejar y no debió ser amonestado. En la segunda parte no hubo nada destacable, aunque dominó más el juego el Athletic. En los minutos finales, los jugadores del conjunto bilbaino reclamaron una mano de Duarte después de caer sobre el césped ante la presión de Susaeta. Le toca el balón en el brazo pero es involuntario. No existe penalti. Por lo demás, el arbitraje del andaluz Fernández Borbalán fue aceptable para ambos equipos.