EL colegiado del encuentro Mateu Lahoz no se dejó influenciar por el ambiente y acertó en las jugadas que a mi entender pueden considerarse polémicas. Además, fue neutral en sus decisiones y, sobre todo, no se dejó influenciar por el teatro que realizaron algunos jugadores. Eso sí, a pesar de su buena actuación, bajo mi punto de vista le perdonó la segunda tarjeta a Beñat Etxebarria, que debió ser expulsado en la segunda mitad. Por contra, sí actuó correctamente al mandar a vestuarios a San José, pues el navarro, con amarilla desde el primer acto, zancadilleó a un rival. A pesar de que estaba intentando esquivarle, la amonestación fue merecida.
La jugada más polémica del encuentro se produjo en el minuto 15 de la primera mitad, cuando Iker Muniain entró en el área corriendo y Augusto Fernández le salió al cruce. No es que el jugador del Celta le cargase, que también, sino que al mismo tiempo le metió la rodilla izquierda en la pantorrilla de Muniain. Aunque lo protestaron mucho, fue penalti. Donde no hubo nada fue en una jugada posterior, en un lance entre Orellana y Laporte dentro del área rojiblanca. Los jugadores del vigueses reclamaron penalti, pero no hubo nada punible en esa acción.
Así, creo que Mateu Lahoz hizo un buen arbitraje en líneas generales.
Por otra parte, y ahora que Josu Urrutia es el único candidato, lo que implica que ya tenemos presidente, me gustaría comentar que ahora solo nos hace falta saber si Valverde, no muy dado a seguir muchos años en un mismo club, va a continuar. Creo que cuenta con el apoyo de toda la afición y sería bueno que por lo menos se quedase una o dos temporadas más.